United States' Michael Phelps celebrates winning the gold medal in the men's 200-meter butterfly during the swimming competitions at the 2016 Summer Olympics, Tuesday, Aug. 9, 2016, in Rio de Janeiro, Brazil. (AP Photo/Lee Jin-man)
Río de Janeiro.- Michael Phelps cerró en Rio de Janeiro un grueso capítulo de la historia olímpica que incluye más podios que nadie, incluso que Leónidas de Rodas, que después de 2.000 años fue desplazado al segundo lugar de la lista.
¿Es humano Phelps? ¿Cómo hizo para ganar todo lo que nadó? Desde aquel chico que perdió los 200m mariposa con 15 años en Australia al veterano que se consagró como el mejor de todos los tiempos en Rio de Janeiro, pasando por todas sus abismales participaciones en Juegos y Mundiales en el medio.
La natación en los Juegos Olímpicos de Rio se resume a una palabra: Phelps. Se impusieron récords de forma increíble, hubo grandes competencias, pero al final todos los ojos y lentes de cámaras estuvieron posados sobre el nadador de 31 años.
El ritual en el que secaba el bloque de salida con la toalla, la doblaba y colocaba a un lado, las poderosas brazadas, las lágrimas, los abrazos a su hijo Boomer. Todo.
Y este sábado fue recibido con una ovación. Llevaba por última vez el gorro con la bandera de Estados Unidos a un costado y subió por última vez a lo más alto del podio, acompañado de sus compañeros.
«Salir del bus y caminar hacia la piscina, sentí como me empezaba a desmoronar, último calentamiento, última vez poniéndome el traje de baño, última vez caminar en frente de la gente, representando a mi país, es una locura, pero mucho mejor que cuatro años atrás. Así es como quería terminar mi carrera», expresó después de colgarse su última medalla de oro.
El ídolo se retira con 23 doradas -13 de ellas individuales, desplazando las 12 de De Rodas en la era antigua-, tres platas y dos bronces. ¿Quién podrá superar eso? ¿Cuántos años, siglos o milenios pasarán?
Familia
Phelps se retira en serio, aunque su compañero de equipo y rival en numerosas competencias, Ryan Lochte, lo ponga en duda.
Pero insiste, no va por otro ciclo olímpico. Rio fue «la cereza sobre el pastel», dijo. «Estoy emocionado para empezar un nuevo capítulo», siguió.
Después de un retiro precoz en Londres, Phelps decidió volver a nadar después de ser arrestado en Baltimore. Pasó la noche en una celda en septiembre de 2014 tras ser detenido por conducir en estado de ebriedad. La vida que había adoptado no podía seguir.
Dejó atrás a los «amigos» tóxicos, se comprometió con Nicole Johnson, hizo las paces con su padre y se sintió realizado con el nacimiento de su hijo hace tres meses.
Y ahora pasa la posta para la joven generación de relevo de Estados Unidos, liderada por la superdotada Katie Ledecky. Estados Unidos se lo llevó todo en la natación de estos Juegos: 33 medallas, 16 de ellas de oro, lejos de Australia, segunda en el medallero con 10 (3 doradas).
En títulos individuales, Phelps sumó dos oros, luego que el singapurense Joseph Schooling le arrebatara los 100m mariposa. Ledecky se llevó por su parte el triplete 200-400-800 metros, un hito no realizado desde Debbie Meyer en los Juegos de México-1968.
La carrera de Ledecky apenas comenzó hace cuatro años en Londres, cuando se coronó con 15 años dueña de la prueba más larga del programa de la natación olímpica.
Y a sus cinco oros olímpicos, se le suman nueve títulos mundiales. En Rio-2016 era salvaje la distancia que le sacaba a los rivales, la comodidad con la que nadaba, salía de la piscina sin jadear, tranquila; daba la impresión de que podía hacer la carrera de nuevo.
«Siempre me estoy presionando y viendo qué puedo hacer, ese es mi más importante objetivo. Dominio es algo en lo que nunca pienso», indicó.
Otra que destacó en las piscinas de Rio fue la ‘Iron Lady’ Katinka Hosszu, que de forma magistral se fue de Rio con tres oros. Y cuando iba por el cuarto, Maya Dirado, una estadounidense hija de argentino, le puso un parado.
Polémicas
El debate sobre dopaje no quitó la escena en esta semana de natación, un deporte que, según el propio Phelps, nunca fue limpio.
Yulia Efimova, cuya presencia estuvo en duda hasta el último momento por las revelaciones del informe McLaren sobre un dopaje de Estado en Rusia, ganó dos medallas de plata.
En su primer podio, el de los 100m pecho, recibió abucheos y consignas contra el dopaje desde las tribunas ocupadas por los atletas. Efimova dio positivo dos veces, aunque en la última fue exculpada.
La nadadora china Chen Xinyi fue controlada positivo y su compatriota Sun Yang aún lleva las críticas por su suspensión en 2014. «¡Mea violeta!», lanzó el francés Camille Lacourt.
Pero fueron más los aplausos, los gritos, las emociones, que las polémicas. Fue el regreso triunfal a lo más alto del podio del veloz veterano Anthony Ervin, fue una fiesta deportiva en la que Phelps fue el invitado de honor.
Cerró su carrera como quería, con broche de oro. Y ahora, comienza la leyenda.