Santo Domingo.-Al momento de decidir someter a un paciente a un proceso de transfusión sanguínea, se debe tomar en cuenta la calidad del donante, pero sobre todo la necesidad de transfundir.
Así lo externó el patólogo y experto en ciencias y laboratorio clínico Alexander José Indrikovs al disertar sobre “Seguridad transfusional: desde el donante hasta el paciente”, en la Academia Dominicana de Medicina.
El director del Servicio de Banco de Sangre y Medicina Transfusional del Centro Médico de la Universidad de Texas, Galveston, llamó la atención sobre esto: la mayoría de los médicos no tiene el conocimiento adecuado al momento de hacer una transfusión.
Muy usado
El médico dominicano radicado en Estados Unidos sostuvo que la transfusión sanguínea es uno de los procedimientos más frecuentes a que puede ser sometido un paciente en un hospital.
Destacó la importancia de la información del donante y los etiquetados adecuados de la sangre para evitar confusiones que pueden llevar a la muerte.
Basado en evidencia de estudios, recomendó sólo hacer la transfusión en casos muy necesarios, “cuando los niveles de hemoglobina estén por debajo de los siete gramos por decilitro”.
Afirmó que no es necesario elevar la hemoglobina a 10, a menos que el paciente tenga otras patologías.
Proceso complejo
Dijo que la trasfusión es un proceso complejo de múltiples servicios, cuyas complicaciones más frecuentes son contaminación infecciosa, como contagio de hepatitis B y C, VIH, sífilis, neumonía, sepsis y sobre carga de flujo con riesgo de degenerar en edema pulmonar.
De igual forma, destacó la importancia de fraccionalizar las unidades de sangre, así como realizar un inventario a futuro y revisarla periódicamente para evitar vencimiento del líquido. Agregó que se debe tener clara la condición del paciente, porque esta puede cambiar al momento de realizar la transfusión, llegando a no necesitarla.