Eres de las personas que continuamente te golpeas mientras haces los quehaceres de rutina en el hogar, te haces pequeños cortes o quemaduras mientras cocinas, en la oficina te cortas con el papel afilado, o si clavas te golpeas con el martillo.
Le llaman pequeños accidentes; parecen descuidos ante la prisa de hacer mucho en un corto tiempo.
Creerías que el lugar de tu cuerpo donde cada “accidente” se produce está relacionado con la energía, los pensamientos y emociones que estabas alojando en el momento preciso del percance.
Hay otras explicaciones que incluyen la historia transgeneracional de tu familia.
Hoy solo nos quedaremos con el tema de las emociones, sentimientos y pensamientos de ese momento. Si recordemos el principio de la vida tenemos que aceptar que todos somos energía; asumamos que contamos con energía física y energía cuántica.
En artículos anteriores hemos abordado el tema de las emociones y sentimientos pobremente manejados que están limitados para abandonar nuestro cuerpo; por el contrario se estancan en él produciendo enfermedades a mediano o largo plazo las cuales pueden llegar a ser catastróficas.
Ese mismo concepto puede servirnos para ilustrar la relación de manifestación que existe entre la energía de los pensamientos inconscientes y los accidentes.
Emociones como angustia, ira, ansiedad, miedo, baja autoestima, culpa, son solo algunas de los componentes principales que pueden llevar a ocupar la mente mientras las personas que las experimentan sufren accidentes.
La próxima vez que tengas un accidente por pequeño que parezca, detente por un momento y reflexiona sobre la emoción o los pensamientos que ocupaban tu mente mientras tanto. Asimismo, esos pensamientos indican que parte del cuerpo es afectado. Si te pasa ya es tiempo de empezar a sanar esas emociones.