En este tipo de abuso, los niños son utilizados contra su voluntad y sin su consentimiento como objeto sexual por una persona que tiene poder sobre ellos. Siempre hay una situación de desigualdad en lo que respecta a la edad, la madurez y al poder.

El agresor puede ser adulto como un familiar, amigo de los padres, profesor, cuidador, pero también puede ser alguien de mayor edad como un hermano, primo o amigo.

Este abuso incluye el exhibicionismo, mostrarse desnudo ante un menor, mirarlo con lascivia, tocarlo con interés sexual en cualquier parte del cuerpo o en sus partes íntimas o conseguir que el se toque, llamadas telefónicas o mensajes insinuantes u obscenos, relaciones íntimas ya sea oral, anal o vaginal.

La mayoría de los agresores son varones y el número de niñas que sufren abusos es alrededor de tres veces mayor que el de los niños, más, los padres tienen que cuidar a varones y hembras con igual esmero y conciencia, teniendo siempre en cuenta, que las personas que cometen estos abusos, en gran porcentaje, son personas conocidas y de confianza que utilizan generalmente el chantaje y la manipulación para el logro de sus objetivos.

Es un problema universal y constituye una interferencia en el desarrollo evolutivo del niño, dejando secuelas que permanecerán con frecuencia durante toda su vida.

Los agresores con frecuencia vivieron algún tipo de maltrato o de violencia sexual o física en su infancia, sin embargo, esto no es causa de disculpa para este acto tan atroz.