Abrir los ojos, estar alerta

Abrir los ojos, estar alerta

Abrir los ojos, estar alerta

Roberto Marcallé Abreu

Estoy en el estudio de un amigo, un señor de edad avanzada al que escucho mientras observo los cientos de libros que reposan en los acristalados gabinetes de madera.

Lo lamento, pero mi atención está disminuida. Desde muy temprano, muchas inquietudes rondan por mi mente. ¿Qué ocurrirá en este país los meses restantes de 2019 y del año 2020?

Pienso en la conducta y actitudes de quienes tienen en sus manos la administración del Estado. Recuerdo los escarceos encaminados a imponer la reelección, lo mismo que en 2016.

Cómo forjaron una candidatura que representa la permanencia y continuidad de este estado de cosas. Están aferrados al poder y pretenden seguir. ¿A cualquier precio?

Participación Ciudadana, asistida por más de 400 observadores de los comicios dio testimonio de la “utilización de los recursos del Estado” de forma grosera y grotesca.

Para las elecciones venideras, quienes así procedieron, enceguecidos y desbordados, tratarán de dar carta de legitimidad otra vez a acciones ilegales y fraudulentas.

Para ello deberán contar con la anuencia de la Junta Central Electoral, cuya credibilidad se encuentra bajo escrutinio.

Recordemos la actitud de evidente escepticismo de su presidente ante la avalancha de ilegalidades comprobadas y la sonrisa sarcástica encaminada a desarmar los sólidos argumentos de los opuestos al Ejecutivo con motivo de la celebración de las “primarias”.

Pienso, entonces, en el significado de haber contratado a la Deloitte, una firma cuestionada y con firmes vínculos con el oficialismo en la ejecución de asesorías, consultas y negocios, a fin de que sancione y apruebe los equipos y programas que tanto se insiste en utilizar en los próximos comicios.

Mientras trato, de concentrarme en las palabras del amigo me agobia la preocupación de que si los partidos y grupos contrarios al oficialismo no proceden de manera inteligente serán barridos en las próximas elecciones que resultarán una farsa grotesca.

Si se permite el voto digital, no importa lo “avalado” que esté, y más por una empresa vinculada a este estado de cosas, las puertas del fraude permanecerán abiertas de par en par. Si los adversarios del oficialismo no estructuran estrategias claras, inteligentes e irrebatibles para defender la transparencia en cada mesa electoral, tendrán que beber la hiel de la derrota.

Esa oposición debe asumir con preocupada actitud el desbordamiento del oficialismo. Un oficialismo predispuesto a llegar a cualquier extremo, por poco aconsejable que sea. Las pruebas están ahí. Hay que armonizar ideas y estrategias para enfrentar con éxito eventualidades inesperadas que se puedan presentar en muchos escenarios y contextos.

Me rehúso a pensar en lo peor. Pero estoy seguro de que esta gente buscará “sus resultados”, por las buenas o por las malas. Presiones, violencia, amenazas, toda clase de artimañas estarán a la orden del día. No se respetará ningún acuerdo para que las elecciones se realicen en un contexto de imparcialidad o legitimidad.

¿Masiva presencia haitiana en los comicios? ¿Situaciones de emergencia en la frontera, agresiones en los barrios, provocaciones civiles y uniformadas? ¿Rumores maliciosos? ¿Violencia callejera? ¿Uno o varios eventos de extrema gravedad contra personas o instituciones? Hay que depositar estos y otros muchos temores sobre la mesa y asumir desde ya las debidas previsiones.

¿Imaginamos lo que está en juego? Porque son largas las cuentas de este rosario, el desprecio vil contra la integridad de la patria de Duarte en todos los órdenes y todos los sentidos. El pueblo conoce sus opciones en función de las circunstancias que se presenten. Hay que abrir los ojos, permanecer despiertos.



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