«Esto es un robo descarado», dijo Manuel Quevedo, ministro de Petróleo de Venezuela, refiriéndose a las sanciones impuestas por Estados Unidos a las exportaciones de petróleo venezolano.
«Barco que salga de un puerto venezolano con el crudo que corresponde a los recursos de nuestro pueblo debe ser pagado antes de dejar el puerto», agregó Quevedo en un comunicado oficial emitido por la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) tras el anuncio de la Casa Blanca.
En la práctica, eso se traduce en que los compradores de crudo tendrán que pagar por adelantado.
La decisión se produce después de que la Casa Blanca anunciara el lunes una serie de sanciones contra PDVSA y su filial en Estados Unidos, Citgo, que golpean directamente las finanzas del gobierno de Nicolás Maduro.
Entre ellas, la congelación de los activos de PDVSA en Estados Unidos -valorados en unos US$7.000 millones- así como de los ingresos que se produzcan por la venta de petróleo.
Aunque el gobierno estadounidense no prohibió expresamente la compra de petróleo procedente de Venezuela, sí determinó que los recursos que se deriven de esas ventas deberán ir a un fideicomiso del que podrá disponer un gobierno venezolano distinto al de Maduro.
«Es un embargo petrolero de facto«, le dice a BBC Mundo Joe McMonigle, analista de Política Energética de la consultora de análisis de mercado Hedgeye Potomac Research, en Washignton DC.
McMonigle apunta que el dinero generado por las ventas de crudo venezolano quedaría a disposición de Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional que se autoproclamó «presidente encargado» del país y a quien el gobierno de Maduro acusa de intentar dar un golpe de Estado.
El anuncio de que le paguen por adelantado «no funcionará», argumenta McMonigle, porque -entre otras razones- las sanciones prohíben las transacciones comerciales directas o indirectas con PDVSA y porque establece el requisito de que los fondos vayan a una cuenta sin acceso para Maduro.
Además, debido a que PDVSA está en la lista negra de las empresas consideradas Specially Designated Nationals (SDN), los estadounidenses evitarán hacer negocios con la firma y los bancos internacionales evitarán participar en las transacciones.
Esto complica las cosas para compradores sustitutos, interesados en adquirir -a un precio menor- el petróleo venezolano que dejará de ingresar a EE.UU. (cerca de 500.000 barriles al día).
«No tendrá ningún efecto»
Analistas consultados por BBC Mundo dicen que, con las sanciones, el gobierno venezolano no tiene cómo beneficiarse de las ventas de petróleo a Estados Unidos, porque no puede tocar el dinero.
Y la condición de pago adelantado «busca hacerlos ver fuertes y en control de la situación, pero no funcionará».
La misma opinión tiene Asdrúbal Oliveros, director de la consultora Ecoanalítica.
«El anuncio no tendrá ningún efecto. Es una declaración política, no real«, dice en conversación con BBC Mundo.
«Las empresas en Estados Unidos no pueden seguir comprando petróleo venezolano debido a las sanciones», agrega, y no está claro quiénes serán los nuevos compradores del excedente.
¿Quiénes le compran petróleo a Venezuela?
Hasta ahora, Estados Unidos ha sido el principal comprador del crudo venezolano con un 41% del total de envíos de este producto desde Venezuela al extranjero.
En segundo lugar está China (25%), seguido de India (22%) y otros compradores más pequeños (12%).
En los últimos años la producción de crudo venezolano se desplomó en medio de la crisis política y económica que vive el país.
Sin embargo, Venezuela había logrado mantenerse entre los principales proveedores de Estados Unidos, Canadá y Arabia Saudita.
Cualquier reducción de las ventas a Estados Unidos podría terminar en un flujo de petróleo barato destinado a China e India, porque no es demandado en otras partes.
Pero no se sabe cuál será la intención de esos dos países.
¿Por qué es tan difícil llegar a otros mercados fuera de Estados Unidos?
Venezuela tendría que aceptar precios con descuentos de otros compradores, pero «la gran interrogante es quién estará interesado en comprarles», dice Asdrúbal Oliveros.
No es una respuesta fácil, puesto que el petróleo producido en Venezuela es pesado y tiene ciertas características que solo son compatibles con las instalaciones de algunos países.
Pero además, hay otro factor que le pone presión al gobierno para encontrar nuevos compradores.
«Venezuela no puede parar de bombear porque no tiene capacidad de almacenar el petróleo», explica Oliveros, que apunta que no es barato detener la producción.
«Es más costoso dejar de producir», por eso el gobierno de Maduro debería conseguir otros compradores rápidamente.
Algunos expertos barajan nombres, aunque hay más incertidumbre que certezas.
«PDVSA intentará vender en India y China, pero será mucho menos rentable y generará menos caja», escribió el experto en política energética Francisco Monaldi, en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter esta semana.
«Tienen que darse ciertas condiciones de negociación de fletes, seguros, tanqueros, adecuación de puertos de recepción, de las refinerías, de almacenamiento».
Probablemente no será fácil. Y de hecho, un miembro de la junta directiva de PDVSA, Wills Rangel, dijo el miércoles que tiene la orden de definir nuevos mercados de exportación en un plazo de 15 a 30 días, según informó la agencia Reuters.
Entre los potenciales compradores están China y Rusia, quienes han apoyado explícitamente al gobierno de Maduro, pero «el petróleo que Venezuela les envía a esos países es principalmente para pagar deudas», explica a BBC Mundo Thomas W. O’Donnell, analista de asuntos internacionales y energía de la firma Global Barrel.
Como la mayor parte de las refinerías del mundo están diseñadas para recibir petróleo liviano, la base de posibles clientes es pequeña.
«La única opción para PDVSA es que mezcle su petróleo pesado con otro más liviano», agrega, pero para lograr ese objetivo Venezuela tendría que importar crudo liviano.
«Tienen cada vez menos y menos dinero y no más ganancias por las ventas a Estados Unidos. Que logren seguir este camino, es casi imposible», indica O’Donnell.
Y hay otro elemento político, que va más allá de la capacidad de refinar petróleo pesado.
«Dado que un número creciente de países reconocen a Juan Guaidó como presidente interino, eso tendrá implicaciones sobre quién debería tener el control de los bienes y las ventas de petróleo venezolano», le dice a BBC Mundo Paula García, vicedirectora del Adrienne Arsht Latin America Center del centro de estudios Atlantic Council.
Es probable que exista un impacto mayor sobre el crudo venezolano, dice, «que vaya más allá de los efectos de las sanciones impuestas por Estados Unidos».
Es pronto para medir la magnitud de ese impacto.