¿ A qué edad son más infieles los hombres ?

¿ A qué edad son más infieles los hombres ?

¿ A qué edad son más infieles los hombres ?

La infidelidad es uno de esos riesgos e incertidumbres que azotan más habitualmente las relaciones de pareja. Tal y como indica Bess O’Connor en Amerikacalcula que cerca de un 60 % de los matrimonios viven algún tipo de adulterio. Esta traición, en cambio, no es igual de frecuente en los dos géneros, nki, se puesto que según O’Connor está más desarrollada en el caso de los varones.

En este tipo de situaciones, una de las preguntas más habituales es el porqué: ir detrás de las respuestas es un comportamiento de lo más normal cuando nos topamos con una situación que choca frontalmente con nuestros sentimientos o que nos hace daño.

Ante esta cuestión, O’Connor señala que existen diferentes respuestas posibles, que dependen de cada edad y situación personal. Una de las edades en las que son más comunes las infidelidades, en el caso del sexo masculino son los treinta años. Y estas son algunas de las razones:

1. Comienzo de la crisis de la mediana edad

La crisis de los cuarenta es un fenómeno conocido por todo el mundo. Para algunos no es más que una exageración ampliamente extendida, pero la realidad es que la crisis de la mediana edad existe y en ese momento muchos hombres quieren volverse a sentir como un veinteañero.

Esto le puede llevar a que según van pasando los años y un hombre se acerca a los cuarenta, tenga ganas de echar una canita al aire para volverse a sentir joven. En este tipo de situaciones es recomendable hacerle ver, y que vea, que mantenerse joven no tiene nada que ver con esa idea y que hay numerosos planes de pareja para mantenerse con una mentalidad juvenil.

2. La naturaleza

Este punto es, cuanto menos polémico. Habitualmente se habla de las relaciones como una idea monógama y a largo plazo. Sin embargo, ¿el humano es un ser monógamo por naturaleza? Esta cuestión siempre plantea un interesante debate, puesto que es complicado saber hasta qué punto influye el comportamiento social o la propia naturaleza en esta perspectiva. La realidad es que muchas especies animales son polígamas, ¿por qué ha de ser el humano un ser exclusivamente monógamo?

3. El aburrimiento

Cuando uno es joven, no suelen faltarle planes ni diversión. En cambio, con el paso del tiempo es posible que esto cambie, aumenten las horas de trabajo, se distancien algunas amistades y se introduzcan una serie de rutinas pesadas y aburridas. Aunque no sea la mejor solución, muchos hombres introducen este tipo de aventuras como un aliciente de diversión en su vida.

4. Sentirse menos querido

A todo el mundo le gusta resultar interesante y no nos engañemos, la sensación de sentirse deseado cuando se tontea con una persona es de lo más placentera. En cambio, con el paso de los años y la entrada en una relación, lo más normal es que ese tipo de sentimientos se dirijan hacia el cariño o apego.

Cuando esa primera chispa se acaba, muchos hombres echan de menos esa pasión, el sentirse especial para alguien, y creen que dejan de ser interesantes o se sienten inseguros, por lo que recurren a buscar algo de seguridad o pasión por otros derroteros. En este tipo de situaciones es importante no dar la sensación de desinterés.

5. Falta de sentido en la vida

Cuando uno es joven suele tener hambre, ganas de triunfar y una multitud de sueños por cumplir. En cambio, con el paso del tiempo y la introducción de determinados hábitos de pareja estos sueños pueden verse truncados o modificados por la búsqueda de seguridad y comodidad.

Cuando esto ocurre, muchas personas dejan de tener hambre y esperanzas de cara al futuro, lo que les puede convertir en personas más aburridas, menos esperanzadas. En este tipo de situaciones no es raro tratar de saciar las carencias con una segunda vida amorosa.

6. Escapar de la responsabilidad

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Desde pequeños nos enseñan el sentido de la responsabilidad y nos educan para que tengamos claro su importancia en nuestro desarrollo humano, pero también es cierto que no empezamos a ser conscientes de lo que esto significa hasta que vamos asumiendo diferentes obligaciones y nos enfrentamos con el mundo real.

Llegado a este punto, algunas personas no son capaces de soportar la presión y necesitan una vía de escape, que en determinados casos se busca fuera de la relación de pareja.

7. No tener el mismo concepto de infidelidad

Hay algunos casos, los más físicos, en los que la infidelidad está más que clara. Pero la línea que lo delimita no siempre es igual. Para algunas parejas el tonteo no tiene nada de malo, pero, en cambio, para otras en un acto absolutamente reprobable.

Lo más recomendable es hablar con la pareja sobre este tipo de límites, puesto que muchos disgustos pueden venir por una visión diferente sobre lo que para uno u otro es una traición.

Créditos: MSM



El Día

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