La hazaña realizada por los complotados en mayo del 1961 para liberar el pueblo dominicano de la sangrienta tiranía Trujillista, cansados de los múltiples abusos, desapariciones y control absoluto de Estado, cumple 58 años del feliz ajusticiamiento del tirano Rafael L. Trujillo.

Dando curso a la libertad anhelada de un pueblo que fue custodiado por una cantera de soplones, chivatos y el temido Servicio de Inteligencia Militar (SIM) conducido por el temido Johnny Abbes.

El heróico acto fue claro, dejando en el tiempo una impronta de ejemplo, lucha y sacrificio de jóvenes tajantemente comprometidos con la sociedad, donde el temor de treinta y un años de tiranía quedó en el baúl de un  Chevrolet Bel Aire.

Los héroes nacionales  Antonio De la Maza, Juan Tomás Díaz, Antonio Imbert Barrera, Modesto Díaz, Pedro Livio Cedeño, Salvador Estrella Sahdalá, Roberto Pastoriza, Huáscar Tejeda y el teniente Amado García Guerrero, quienes formaban parte de la Guardia Presidencial, además de Luis Amiama Tió y Luis Manuel (Tunti) Cáceres. Aquella noche del 30 de mayo de 1961, estos valientes hombres iniciaron el proceso de construcción de la libertad.

Aunque muerto el tirano el poder seguía en manos de los Trujillo y lo vivido a  partir de ese momento por los complotados, familiares y allegados fue un verdadero calvario. Muchos de ellos apresados, sometidos a torturas y asesinados por el propio Ramfis Trujillo hijo del sátrapa.

El pensamiento a lo largo de la categoría histórica nos recuerda aquellos momentos nefastos donde la consecuencia por discernir del  “jefe”   era causa de sentencia a muerte o a los sumos vivir en el miedo y acoso. El ejercicio iniciado por los complotados sigue pendiente, la institucionalidad, respeto a nuestras leyes y la carta magna, el equilibrio social no puede seguir  obedeciendo al poder que tiene tanto poder,  la conducción del Estado se circunscribe al estado “soy yo”.

*El autor es periodista