
Desde antes de que fueran abiertas las escuelas para el inicio del año escolar ha estado en el ambiente la invitación a los padres para que se integren al proceso de instrucción de sus hijos.
Esta integración es importante, y hasta decisiva, para el aprovechamiento del programa escolar al que estarán sujetos millones de niños y adolescentes durante los próximos diez meses del año escolar.
Hecha la salvedad, desde luego, de que el acompañamiento no implica hacer los deberes por los hijos. Más bien, enterarse con ellos de la integración en clases, atmósfera de la escuela, asignación de tareas y lo que hace el estudiante para cumplir con los deberes.
La exhortación a los padres para que se integren a la educación de sus hijos ha sido realizada de nuevo, esta vez por el presidente Luis Abinader en el acto realizado en el Centro Educativo en Artes Casandra Damirón, de Santo Domingo Este.
Padres, madres y otros familiares se harían un gran servicio a sí mismos si por lo menos dedicaran unos minutos, a propósito del inicio de clases, a valorar lo que ha significado la educación formal en la transformación de la vida de millones de dominicanos de todos los estratos sociales, en los últimos sesenta años.
Hacer conscientes a los estudiantes de estos tiempos del valor y la importancia de la escuela sería un gran aporte que ojalá estuviera en condiciones de hacerlo la mitad, por lo menos, de los que cada mañana y cada tarde, acompañan a sus hijos camino de la escuela y de regreso a casa.