He escuchado, con preocupación, el rumor de que el presidente de Haití, René Preval, cuya visita oficial a Santo Domingo se había anunciado para esta semana, ya no vendrá. Así, no más. Sin explicaciones de ninguna clase.
Digo con preocupación, porque había cifrado algunas esperanzas en el planeado encuentro de Preval con Leonel Fernández, a pesar de mi poca fe en los resultados de las cumbres.
Los problemas existentes entre la República Dominicana y Haití son fáciles y difíciles de solucionar al mismo tiempo, dependiendo de que haya voluntad o no la haya, de ambas partes, tratándose de igual a igual
Yo creo en el diálogo y de ser ciertos los rumores apuntados, pienso que el Gobierno dominicano debe asumir la iniciativa de insistir en la necesidad de la reunión, hasta que la misma se realice. Y después, que se celebre otra. Y otra, y otra más. Todas las que sean necesarias, hasta que no quede ningún resquicio de diferencias.
Los dos presidentes, como dice el refrán, tienen la responsabilidad histórica de pelar el plátano. Es una responsabilidad compartida, de cuyos resultados, al final, habrá que rendir cuentas a la Historia.
A pelar el plátano