No fue necesario el llamado a la tregua política al que siempre recurría monseñor Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez durante la Navidad y Año Nuevo, porque los propios partidos percibieron que la ciudadanía estaba ajena al bullicio de las promesas y de una campaña electoral.
Sin embargo, ya las festividades transcurrieron y desde ahora hay que redefinir las estrategias de los partidos de cara a la nueva configuración política que deviene con la Ley de Partidos y la celebración de primarias abiertas y cerradas, además de otros métodos para escoger a los candidatos para las diferentes posiciones.
Volverán las rebatiñas internas por las candidaturas que anhelarán los bandos que se disputan el control de las estructuras partidarias, hasta que todo se defina para los comicios de 2020, en medio de las presiones que se moverán sobre la Junta Central Electoral.
Mirada hacia JCE
La Junta está obligada, por la Ley de Partidos, a arbitrar procesos internos que eran competencia en el pasado de las cúpulas de los partidos, lo que implicará una inversión de más de 5 mil millones de pesos, al margen del presupuesto que habrá de destinarse para las elecciones generales propiamente dichas de mayo de 2020.
Es decir, que toda la mirada estará dirigida al accionar de los miembros del organismo electoral, por el tema del montaje de las primarias abiertas y cerradas, además de asambleas de delegados, escogidas por algunos partidos, como una forma de garantizar el respeto de la voluntad de los seguidores de los partidos.