A otro perro con ese hueso

A otro perro con ese hueso

A otro perro con ese hueso

Me resulta muy cuesta arriba creer la infantil explicación ofrecida por la Policía Nacional en torno al arcabuz robado en el museo del Faro a Colón.

Da la impresión de que se está encubriendo a alguien de mucho poder o prestancia, pero se ha incurrido en una total ausencia de creatividad e imaginación al hacer pública la versión de que la valiosa pieza histórica “apareció” tirada en una cuneta, envuelta en una funda.

No se produjo ninguna declaración de cómo se produjo el hurto, ni se ofrecieron detalles de ninguna clase.

Hay un supuesto acusado que no tiene pinta de visitante de museos ni de nada que pudiera indicar que dicho sujeto podía tener algún interés en un arcabuz que, por demás, se supone que estaba muy bien guardado en el Faro.

Y yo me pregunto: ¿qué ha pasado con los guardianes del Faro y de sus tesoros, que se dice son miembros de la Marina de Guerra? Supongo que están presos todos, por complicidad o por idiotez y negligencia mayúscula.

El famoso arcabuz es una pieza de buen tamaño, y sacarla de allí en forma desapercibida no debe ser tarea fácil. Y si alguien logra hacerlo, no es para después dejarla tirada en una cuneta, ¿verdad?

¿Por qué no se dice la verdad completa? ¿A quién se cree que se está engañando? Por lo menos, a mí no. A otro perro con ese hueso.



El Día

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