Nelly Manuel Doñé surgió desde posiciones muy modestas y se creció con tesón y trabajo denodado en el movimiento deportivo dominicano.
Con los años y sus aportes se convirtió en un ícono. Ganó respeto y se hizo respetar por sus grandes principios y honestidad a toda prueba.
Nos dejó a la edad de 75 años. En su trayectoria ocupó importantísimas posiciones de primer orden. Fue subsecretario de Deportes, secretario general del Comité Olímpico Dominicano y presidente de la Federación Dominicana de Ciclismo, orientador y asesor de las federaciones deportivas nacionales, asesor del Instituto Nacional de Educación Física (Inefi) y director técnico de los Juegos Panamericanos que se celebraron en República Dominicana en 2003.
Importa, y hay que destacar, el legado que deja en la educación. Tuvo una fuerte influencia en los orígenes deportivos de Villa Juana, en su condición, primero, de fundador del club Mauricio Báez, y después, como profesor en las aulas de la escuela, donde ayudó a forjar y templar la mente de muchos jóvenes, insuflándoles valores y llevándolos por el camino de la superación personal.
Su calidad cívica y sus convicciones éticas hablan de su excepcional condición humana en un medio tan demandante, crítico y a veces turbio, como el movimiento deportivo dominicano. Un abrazo fraterno a sus familiares.
Un abrazo que envuelve a todos los integrantes del club Mauricio Báez y los habitantes de Villa Juana, en un agradecimiento eterno.