A lo oscuro, ¡no!

A lo oscuro, ¡no!

A lo oscuro, ¡no!

Eso de que patrullas policiales nocturnas apostadas en la oscuridad manden a parar vehículos dizque para verificar que “todo esté en orden”, parece que se acabó, por disposición del nuevo jefe de la Policía. ¡Bien por él!

Todavía están frescos en la memoria de la sociedad los trágicos casos de ciudadanos muertos o heridos a tiros disparados por miembros de la uniformada por no haber obedecido una orden de pararse en un lugar sospechosamente tenebroso, donde resultaba imposible determinar si la patrulla era verdaderamente oficial o si se trataba de una pandilla de malhechores.

Por otra parte, aunque parezca una trivialidad, celebro también la decisión de no utilizar más, por parte de la Policía, la manoseada y odiosa frase “intercambio de disparos”,  expresión ésta que tantas muertes innecesarias ha disfrazado para hacerlas parecer falsamente como inevitables.

La Policía Nacional tiene necesariamente que esforzarse en ganar la confianza pública. Tarea difícil, por cierto, pero no imposible.

Solo a través de sus actuaciones cotidianas, simples o complejas, podrá lograrlo.



El Día

Periódico independiente.

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