Han pasado 48 años de una de las epopeyas revolucionarias más épicas en la historia de la República Dominicana.
Tuvo como escenario el kilómetro 14 y medio de la autopista Las Américas y como fecha el 12 de enero del 1972. La gesta tuvo como protagonistas a Amaury Germán Aristy, Virgilio Perdomo Pérez, Ulises Cerón Polanco y a Bienvenido Leal Prandy.
Amaury Germán, con apenas 18 años de edad, participó durante la guerra de abril de 1965, en el operativo para tomar el Palacio Nacional en que cayeron abatidos patriotas de la estatura del coronel Rafael Fernández Domínguez, Juan Miguel Román y Elio Capozzi. En ese intento Amaury salió herido.
Concluida la insurrección su compromiso se incrementó bajo la convicción de que “el deber de todo revolucionario es hacer la revolución”. Pensar y actuar así le significó activas persecuciones, enormes riesgos, los que abordó con la idea de que si tenía que morir, lo haría en su país.
La tenaz cacería emprendida contra él y sus compañeros durante el régimen de los 12 años del Dr. Balaguer, tuvo como epílogo el cerco efectuado contra su escondite.
El lugar se convirtió en un escenario de fieros combates. Los primeros en caer fueron Leal Prandy y Cerón Polanco, quienes en la madrugada del 12 de enero fueron prácticamente sorprendidos cuando salían de la cueva en que se refugiaban.
Desde ese momento y hasta las primeras horas de la tarde se produjo de parte de Amaury y Virgilio, una resistencia que pareció de leyenda. Para enfrentarlos se acudió a centenares de alistados policiales, del Ejército y de tropas especiales, utilizando éstos armas de diversos calibres; insólita fue la resistencia.
Virgilio Almánzar, actual dirigente luchador por los derechos humanos e hijo de un capitán que murió en la refriega, en una entrevista que le hiciera el periodista Vianco Martínez en el 2005, señala que a las 2 p.m., con la situación fuera de control, el general Eligio Bisonó Jackson, mediante llamada telefónica, hizo saber a su madre, la posibilidad de no recuperar los restos de su esposo, pues se planeaba tirar en el lugar una bomba de “500 libras”, para pulverizar la zona.
Finalmente este lanzamiento no se produjo, estimándose que Virgilio Perdomo cayó como a las 3 p.m. y Amaury como a las 4.
Sobre el método de lucha de “Los Palmeros”, podrá haber disensiones; pero lo incuestionable es la lección de constancia, bravura y entrega honesta a la causa en que creyeron.
Su ejemplo de lucha y resistencia es uno de los más eminentes en el viejo trajinar de América Latina, y particularmente, dentro del ciclo insurgente que va desde la revolución cubana en 1959 a la acción guerrillera encabezada en 1973 por el héroe nacional, coronel Caamaño.
En experiencia y ejemplo de lucha como éste debe beber la juventud dominicana, parte de la cual ha tomado, empujada, el equivocado camino de la “antipolitica”.