
Esta semana se está llevando a cabo el 80º período de sesiones de la Asamblea General de la Naciones Unidas en New York, Estados Unidos, donde invitaron a reunirse a sus 193 Estados miembros y que coincide este año con el 80.º aniversario de la fundación de las Naciones Unidas.
Aunque en este artículo nos vamos a centrar en las claves de la participación de la República Dominicana en la citada Asamblea General, para entrar en contexto se hace necesario recordar que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se estableció oficialmente el 24 de octubre de 1945, fue creada ante la necesidad mundial de mantener la paz y la seguridad internacional tras la Segunda Guerra Mundial.
Si pensamos en su origen, todo inició cuando representantes de 50 países incluyendo nuestra República Dominicana, participaron de la famosa “Conferencia de San Francisco”, nombrada oficialmente “Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional”, la cual fue celebrada del 25 de abril al 26 de junio de 1945.
Entre otras cuestiones, en la Conferencia de San Francisco se acordó la Carta de las Naciones Unidas y el Estatuto de la Nueva Corte Internacional de Justicia, entrando en vigor el 24 de octubre de 1945.
En resumen, podemos definir las Naciones Unidas como ese espacio donde líderes mundiales se congregan a plantear problemas globales de cara a encontrar soluciones conjuntas.
En ese sentido, reconocemos que la celebración de esta 80º Asamblea General coincide con un escenario complejo y de incertidumbre mundial, en el que la diplomacia está presentando grandes desafíos globales que requieren de soluciones conjuntas y a los que el presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, hizo mención en su intervención, como son: “la polarización política, el resurgimiento del proteccionismo comercial, la revolución tecnológica, el cambio climático y la competencia geopolítica.”
Haciendo énfasis en la participación de República Dominicana en la 80º Asamblea General y tomando como fuente de referencia el discurso ante la ONU de nuestro presidente Luis Abinader, en líneas claves podríamos resumir que entre otras cuestiones, reconoció la vulnerabilidad climática en la que nos encontramos como país ante los huracanes y el sargazo; las consecuencias económicas de las recientes guerras que se ven reflejadas en los precios de las commodities; la imprevisibilidad para el comercio internacional que generan los recientes aranceles; y el problema de la desinformación en entornos digital.
Por otra parte, Abinader se refirió al mandato fundacional de la Organización de las Naciones Unidas como vía para preservar la paz y la dignidad humana.
Con relación al futuro secretario/a general, se mostró esperanzado en que corresponde ahora a Latinoamérica y el Caribe ofrecer un liderazgo renovado. Se refirió a la necesidad de un nuevo pacto financiero internacional para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En ese sentido, destacó que desde la República Dominicana se han alcanzado avances tangibles en la aplicación de la Agenda 2030, como por ejemplo en el ODS 1 de reducción de la pobreza y el ODS 2 de hambre cero.
Hizo un llamado a la solidaridad internacional para proteger nuestros océanos con financiamiento accesible y transferencia tecnológica. Con relación a la crisis en Haití, el presidente dominicano volvió hacer un llamado a la acción internacional y al compromiso especial de la región.
Por lo antes expuesto, nos sumamos a los sectores que valoran como positivo el discurso del presidente Luis Abinader ante la ONU, esto porque reafirma el compromiso de nuestro Estado con la paz mundial, el multilateralismo, el desarrollo sostenible, el cambio climático, la justicia social, la democracia, los derechos humanos, la igualdad e inclusión social, y la cooperación internacional, temas que ahora más que nunca preocupan a la sociedad a nivel global y requieren de medidas comunes urgentes y extraordinarias.
Finalizamos este artículo con dos frases del discurso del presidente Abinader que más llamaron nuestra atención:
- “El poder sin justicia y el progreso sin equidad son espejismos”.
- . “República Dominicana alza su voz para encender la esperanza y convocar a la acción. Que la paz no sea un anhelo, sino una decisión de todos”.