SANTO DOMINGO.-Seis de cada diez dominicanos considera que sus gobernantes carecen de “sentido común”, según un estudio de la Fundación Liderar con Sentido Común junto a Rescate Democrático .
La investigación “Observatorio social para República Dominicana: Expectativas. miedos, alegrías y nuevas exigencias” también arroja que más de la mitad de los dominicanos desconfía de sus políticos.
De acuerdo con el presidente de la Fundación Liderar con Sentido Común, Antonio Sola, «el que no tengan o casi no tengan sentido común se convierte en una razón más para desconfiar de ellos y, más aún, justifica y acentúa la mala evaluación que se les otorga en otras cuestiones de este mismo estudio».
En el estudio se les preguntó a los encuestados por tres grandes bloques temáticos: estado de ánimo, perspectivas de futuro de los dominicanos, y balance del estado actual de los liderazgos.
De la investigación se desprenden otras conclusiones, como que siete de cada diez dominicanos (74,3 %) cree que un buen líder ha de contar con cualidades vinculadas a la bondad moral como honestidad, generosidad y resiliencia, entre otras, muy por encima de las capacidades racionales como ser trabajador.
Asimismo, más de la mitad de los entrevistados identifica a los padres (55,8 %) como sus verdaderos líderes por encima de numerosos perfiles. En esta línea, es destacable que la figura del presidente de la República (12,4 %) acumula un porcentaje muy débil, aunque, por encima, de figuras como el sacerdote (1,2 %), alcalde (0,6 %), y el agente de policía (0,5 %), que son las que presentan mayor lejanía con los consultados.
Por otra parte, un 44 % de los dominicanos encuestados señala no tener esperanzas de que las autoridades de su país velen por un futuro próspero y ven pocas esperanzas de que mejore la economía y se termine la corrupción.
Al ser preguntados por su principal problema, los dominicanos apuntan al desempleo (28,5 %) y a la economía (28,1 %). Se trata de dos problemas económicos que están vinculados al presente inmediato de la persona y son visualizados como los principales contratiempos de los dominicanos. Se transmite que el COVID-19 dejó de ser una preocupación prioritaria, pero en cambio la economía y la falta de empleo ya se instalaron como la segunda pandemia del dominicano y dominan el espacio del ambiente hostil.
“Es importante tener en cuenta que, de lo que estamos hablando, ya no se visualiza como una amenaza sino como una realidad manifiesta, donde las autoridades son llamadas a hacerse cargo. En definitiva, cuando el primer problema es empleo la señal es de alarma inminente. Problemas económicos, salarios o inflación son temas complejos, pero de menor profundidad. Empleo implica trascendencia o estructura. No importan los precios y salarios si no hay empleo”, insistió Sola.