Santo Domingo.- El papa Francisco acogió la renuncia del cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez a sus funciones como arzobispo de Santo Domingo, quien se mantendrá en el cargo hasta tanto sea anunciado y posesionado el próximo incumbente.
Los trámites para la formalización del nombramiento del próximo arzobispo de Santo Domingo están en su fase final, luego de un prolongado proceso de consultas en el país a través del nuncio apostólico, Judes Thadeus Okolo.
Se espera que el anuncio del nuevo arzobispo se haga luego del 28 de junio, fecha en que López Rodríguez cumple 25 años de haber sido nombrado cardenal por el entonces papa Juan Pablo II.
El próximo arzobispo
Eso implica que quien ocupará la posición ya ha sido escogido por el Papa.
Al cesar en el cargo, López Rodríguez pasará a ser arzobispo emérito de Santo Domingo, pero mantendrá su condición de miembro del Colegio Cardenalicio de por vida, aunque solo mantiene el derecho a votar en caso de elección de un nuevo Papa hasta los ochenta años, los cuales cumplirá el 31 de octubre próximo.
El purpurado dominicano presentó su renuncia como arzobispo titular en 2011, cuando cumplió 75 años, atendiendo una disposición del derecho canónico. El canon 401 del ordenamiento jurídico de la Iglesia católica establece: “Al obispo diocesano que haya cumplido setenta y cinco años de edad se le ruega que presente la renuncia de su oficio al Sumo Pontífice, el cual proveerá teniendo en cuenta todas las circunstancias”.
Desde hace varios meses el cardenal López Rodríguez ha estado delegando parte de sus funciones públicas en sus más cercanos colaboradores y está inmerso en una especie de retiro voluntario.
Los 25 años como cardenal
López Rodríguez fue elegido y nombrado Obispo de San Francisco de Macorías por el papa Pablo VI el 16 de enero de 1978 y consagrado el 25 de febrero siguiente por el entonces cardenal Octavio Antonio Beras Rojas, a quien sustituyó como Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo el 15 de noviembre de 1981. Diez años más tarde fue elegido presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), el 25 de abril de 1991, y creado cardenal el 28 de junio de ese mismo año por el papa Juan Pablo II.
Tras su renuncia como arzobispo de Santo Domingo en 2011, el papa Benedicto XVI le instruyó para que continuara al frente de la arquidiócesis y lo propio hizo el papa Francisco tras asumir como Pontífice.