Nueva York.- La semana pasada, el máximo responsable ejecutivo de Royal Dutch Shell Plc, Ben Van Beurden, expresó su principal objetivo –sobrepasar a Exxon Mobil Corp. para convertirse en la empresa con mejor desempeño entre las grandes petroleras.
“Estoy resuelto a que lleguemos al puesto número uno”, dijo después de trazar la estrategia a largo plazo de la empresa en Londres. “Quiero crear una oportunidad de inversión de primer nivel para Shell y nuestros accionistas”.
Hay indicios de que Van Beurden está conquistando a algunos inversores luego de su adquisición récord por US$54.000 millones de BG Group Plc. Shell cerró la brecha con Exxon en materia de rentabilidad total de los accionistas, lo cual representa precios de las acciones, pagos de dividendos y recompras, después de haber estado rezagada durante cinco años. No obstante, el explorador anglo-holandés está por detrás de su rival estadounidense en toda una gama de otras mediciones que van desde el retorno sobre capital y los activos hasta el flujo de fondos.
“En los últimos 15 a 20 años, Shell quedó por detrás de Exxon y ahora Ben llega con la determinación de volver a poner la empresa en ese lugar”, dijo Iain Armstrong, analista con sede en Londres en Brewin Dolphin Ltd.
“Pero Shell puede llegar a tardar años en convertirse en el referente para la industria que es Exxon. No ocurrirá en este decenio”.
Para alcanzar su objetivo, Shell se centrará en aumentar el flujo de caja libre por acción, mejorar su rentabilidad y manejar sus finanzas “de manera conservadora”, según Van Beurden, que está reconfigurando la compañía para que se desempeñe con precios del petróleo más bajos.
Foco en el gasto
Para alcanzar su objetivo, Shell limitará la inversión de capital anual en US$30.000 millones hasta el final del decenio aunque los precios del crudo suban, dijo la compañía petrolera más grande de Europa el 7 de junio. Si los precios permanecen en el nivel actual de US$50 el barril, o si caen, Shell puede reducir el gasto por debajo del extremo inferior de su rango meta de US$25.000 millones.
Shell proyecta frenar nuevas inversiones en su negocio de gas natural licuado en tanto se propone aumentar los flujos de fondos. El acuerdo con BG le dio activos de GNL desde Australia hasta Norteamérica y consolidó su posición superior en materia de capacidad de licuefacción en más del doble que Exxon, su rival más próximo.
“A todos les gustó que se pusiera el foco en la limitación del gasto de capital y también el menor énfasis en las inversiones en GNL porque ya hicieron una gran inversión comprando BG”, dijo Iain Reid, analista de Macquarie Capital Ltd. en Londres. “Tienen una buena probabilidad” de sobrepasar a Exxon “si pueden cambiar el negocio tal como lo señalaron la semana pasada”.
Van Beurden ha prometido aumentar el retorno sobre el capital empleado de Shell hasta 10 por ciento para 2020 con un precio del petróleo de US$60 el barril. Esto se compara con un promedio de flujo de caja libre de US$12.000 millones y 8 por ciento de retorno sobre capital a US$90 el petróleo desde 2013 hasta 2015. Shell se propone generar entre US$20.000 millones y US$25.000 millones de flujo de caja libre con sus operaciones para 2020.