La reforma que propone la OEA

Las del domingo pasado fueron unas elecciones únicas en los últimos 22 años, pues serían de manera simultánea en los niveles Presidencial, Congresual y Municipal.

En 1994 fue la última vez que se celebraron elecciones como estas.
Desde que se instauró el voto preferencial ha habido dificultades para el escrutinio en el nivel congresual. Incluso, en 2010 este proceso se prolongó por más de una semana, debido a la complejidad del procedimiento y la gran cantidad de candidatos actuando conforme a sus intereses particulares.

Justamente este nivel de elección fue el que más pesó a la hora de promover el escrutinio electrónico, para reducir a su mínima expresión el error humano.

Al final de cuentas, se volvió al conteo manual y ha vuelto a pasar lo que en el pasado. No se puede esperar resultados diferentes haciendo lo mismo.

La Misión de Observación Electoral de la OEA dio un interesante informe que recomienda una profunda reforma en el sistema electoral dominicano.

Pero no se vaya a creer que esas reformas son exclusivas a los asuntos referentes a lo que ocurre alrededor de los colegios electorales.

Las mayores reformas tienen que tocar todo lo previo a la votación y lo posterior.

No puede volverse a ver nunca más el triste espectáculo de gente, del oficialismo y de la oposición, aglomerada alrededor de los recintos de votación pagando para que la gente votara a favor del suyo.

También hay que controlar los tiempos y gastos de campaña, así como asumir una cultura democrática en la que se acepten las derrotas así como se celebran los triunfos.

Una vez más la población se muestra superior a su clase política.