Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella, padres de la Patria dominicana.
SANTO DOMINGO.-Juan Pablo Uribe, presidente de la Comisión de Efemérides Patrias, enumera las realidades que conjugan las ideas, palabras y acciones multifactoriales de una comunidad que fue abriendo surcos por la nacionalidad.
EL DÍA comparte con sus lectores las 27 razones, promovidas por Efemérides Patrias, que exaltan el 178 aniversario de la Independencia Nacional.
1.- El 27 de febrero de 1844 es un momento de eclosión de la marcha calendario de la dominicanidad.
2.- El preámbulo de vanguardia es la Independencia Efímera proclamada el 1 de diciembre de 1821 por el prócer José Núñez de Cáceres; eliminada 71 días después por la invasión haitiana del 9 de febrero de 1822.
Se cumple en este 2022, el bicentenario de la misma, con su ocupación de 22 años, que no pudo aniquilar nuestra identidad.
3.-Antes de la Independencia Efímera, imperiales e insulares acontecimientos como el tratado de Ryswick, 1697; Tratado de San Miguel de la Atalaya, 1776; Tratado de Aranjuez, 1777; Tratado de Basilea, 1796; La Batalla de Palo Hincado, 1808… contribuyeron a la fisonomía de los dominicanos en proyectualidad colectiva.
4.- Lengua, cultura, religión, costumbres, gustos, ideales gestados y organizados comunitariamente en praxis de individuación socialmente involucrada, van sosteniendo la dignidad consagratoria de la dominicanidad.
5.- 27 de Febrero de 1844, números fundidos en palabras que definen la estructura de un gesto único en la historia que se fraguaba en una isla del Caribe. Así, lo registra en patriótica instantaneidad, la psicología del pueblo dominicano.
6.- La trilogía patriótica de nuestra enseñanza-imaginación escolar y púber, Duarte, Sánchez y Mella, nos conminan a seguir sembrando el 27 de Febrero cual semilla fértil en los niños y adolescentes.
7.- El 27 de Febrero se materializa estas palabras del apóstol de la dominicanidad, Juan Pablo Duarte: “Entre los dominicanos y los haitianos no es posible una fusión.”
8.- El trabucazo de Mella y el grito de Sánchez ¡Dios, Patria y Libertad! se extiende cual eco inexorable para la vigilia nacional.
9.- La Trinitaria, primer “partido” nacional que se sostiene en la amorosa e indómita fuente de un ideal propio ante el espejo del mundo, se prolonga en el tiempo de cada dominicano fiel.
10.- Nuestro escudo, de distintiva espiritualidad en el mundo, no por casualidad tiene en su centro la Biblia abierta en el evangelio de Juan: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” La existencia de la dominicanidad se marca.
11.- No es capricho de religiosidad que las palabras de la noche de la Puerta del Conde, las mismas estampadas en el escudo, se levanten como consigna divinatoria; ¡Dios, Patria, Libertad! La esencia de la dominicanidad se establece.
12.- No es ocurrencia religiosa arbitraria la cruz en el escudo, y la cruz blanca en el centro de la bandera, Duarte, cristiano, preclaro y luminoso dice: “No es la cruz el signo del padecimiento, es el símbolo de la redención”. Y en un poema, con fervor místico afirma: “Por la cruz, por la patria y su gloria denodados al campo marchemos, si nos niega el laurel la victoria, del martirio la palma alcancemos”. La sustancia de la dominicanidad se revela.
13.- el Juramento Trinitario, corazón testamentario del ideal independentista, valió ayer, vale hoy y valdrá mañana.
14.- El 27 de Febrero evoca los valores familiares fusionándose con los valores patrios. La familia Duarte Diez es un testimonio perenne de la unidad básica de la sociedad.
15.- La traición rastrera, conducta de hombres sin principios, encuentra su derrota en el símbolo del 27 de Febrero.
16.- La vacilación, la indecisión, el miedo, la inseguridad, la falta de fe en el porvenir, lacras del carácter cuando de arrojo patriótico se trata, tienen su contrario en el comportamiento de Mella y Sánchez la noche del 27 de Febrero.
17.- La dignidad, la valentía y el decoro de la dominicanidad encuentran vocación de permanencia el 27 de Febrero.
18.- La fidelidad a los ideales, el juramento radicalmente personal en el compromiso trascendente, se nombran con el 27 de Febrero.
19.- Los que no creen en la fuerza intrínseca de una nación que ha sabido vencer obstáculos, saltar limitaciones, sobrevivir a los traidores, a los sin fe, a los orcopolitas que denunciaba Duarte, tienen en el 27 de Febrero un dedo acusador.
20.- Es el 27 de Febrero, un necesario retorno de la cabalgata memoriosa de la dominicanidad.
21.- Hay 27 de Febrero en el Grito de Capotillo, del 16 de agosto de 1863; hay 27 de Febrero en la batalla de la Barranquita, del 1916; hay 27 Febrero en el movimiento constitucionalista, de abril del 1965; hay 27 de Febrero en la muchachada heroica que luchó, cantó y amó en los momentos épicos de la patria.
22.- Un 27 de Febrero evocador y combatiente; ontológico y guerrero; de realidad e idealidad en esta media isla que le plantó cara a los grandes imperios como ningún pueblo en el Caribe y América. Búsquenlo. Sumen combates, y no los encontrarán.
23.- El 27 de Febrero afirma que la soberanía debe ser cuidada.
24.- El 27 de Febrero habla que la autodeterminación tiene que ser garantizada.
25.- El 27 de Febrero pronuncia que la integridad territorial tiene que ser resguardada.
26.- El 27 de Febrero declara que la identidad nacional tiene que ser preservada.
27.- En el 178 aniversario de la independencia nacional, el apóstol de la dominicanidad, Juan Pablo Duarte, nos dice: “En Santo Domingo no hay más que un pueblo que desea ser y se ha proclamado independiente de toda potencia extranjera, y una fracción miserable que siempre se ha pronunciado contra esta ley, contra este querer del pueblo dominicano, logrando siempre por medio de sus intrigas y sórdidos manejos adueñarse de la situación y hacer aparecer al pueblo dominicano de un modo distinto de como es en realidad; esa fracción, es y seguirá siendo todo, menos dominicana; así se la ve en nuestra historia, representante de todo partido antinacional y enemigo nato por tanto de todas nuestras revoluciones; y si no, véase Ministeriales en Tiempo de Boyer y luego rivieristas, y aun no había sido el 27 de Febrero, cuando se le vio proteccionistas franceses y más tarde anexionistas americanos y después españoles.
Trascendencia
— Recordar y emular
Hoy, más que nunca, la República Dominicana necesita de nuevos trinitarios que, con nuevas iniciativas tan creativas como aquellas, pero con herramientas novedosas, deban no solo recordar, sino además emular con su trabajo y ejemplo la proeza de nuestros próceres.