Estamos hoy exactamente a 25 días de los comicios congresuales y municipales, unos comicios históricos porque con ellos se vuelve al viejo sistema de celebrar en un solo año todas las elecciones, incluyendo las presidenciales.
A mí personalmente me gustaba más el sistema de las elecciones separadas, pero ni modo, hay que acatar las leyes y eso es lo que hay.
Como consecuencia de este cambio constitucional, los funcionarios que resulten favorecidos por el voto popular en el torneo del próximo 16 de mayo durarán seis años en la papa, ordeñando la vaca del Estado. Lo que hay que esperar es que, a cambio de los privilegios que las urnas le darán a ese paquete de senadores, diputados y funcionarios municipales, éstos se revistan de dignidad y decoro trabajando por el país y sus ciudadanos.
Dados los negativos antecedentes que hemos vivido a lo largo de la historia, cabe la duda en mi corazón. Pero junto a ella también albergo la esperanza, aunque peque de ingenuo.