Cuando me disponía, como cada semana, a escribir un nuevo artículo sobre temas de interés, me puse a revisar el calendario, al verlo me convencí que aunque ya cerramos el mes de noviembre y nos concentramos en los preparativos navideños, el 2021 se había constituido en un año complejo, con la particularidad de que aún no ha terminado.
Con un contexto global convulso, dominado por la incertidumbre, viviendo los efectos colaterales de una pandemia, los desafíos en materia social, económica y medioambiental son muchos y muy diversos.
El 2021, a pesar de haber sido declarado como año de recuperación económica, según informes del Fondo Monetario Internacional (FMI), el ímpetu preestablecido por la aparición de la vacuna contra el Covid-19, ha mermado significativamente el desempeño de las principales naciones del mundo y tiene su explicación.
Al hablar de proyecciones, el FMI sitúa a la economía mundial, al cierre del año, con un crecimiento en el orden del 5.9 % y para 2022 en 4.9 %.
Las revisiones hechas posterior al primer semestre de 2021 reflejan un deterioro en las economías avanzadas, esto como una consecuencia de los trastornos reflejados en los suministros y altos costos en materias primas o commodities; en lo relativo a las economías de países en desarrollo, sufren por motivo de la dependencia de los países desarrollados para la producción de bienes y servicios.
Otro componente que hacen del 2021 un año complejo, es la propagación de la variante Delta, una nueva ola de contagios como consecuencia de la desaceleración de los procesos de vacunación y el peligro ante la aparición de la nueva variante sudafricana recién nombrada “Ómicron” que ha comenzado a desplomar los índices bursátiles en EE. UU. y Europa como reacción primaria de incertidumbre.
República Dominicana
Nuestro país ha tenido, en los últimos 11 meses, que lidiar con múltiples dificultades, desde el odioso confinamiento —en una parte importante del año— y limitaciones de las actividades productivas que el toque de queda imponía, hasta vivir nuevos episodios de inseguridad ciudadana producto de la apertura y la reactivación económica.
El 2021 ha sido el año de la llegada masiva de vacunas del Covid-19, con ello, la puesta en marcha de un exitoso plan nacional de vacunación, permitiendo sacar de la línea de riesgos a cientos de miles de dominicanos de avanzada edad, incorporando en este propósito-país a los jóvenes con mayor y menor propensión a complicaciones o muertes por el virus; posterior a la colocación de primera y segunda dosis se incluyó la aplicación de vacunas de refuerzo, luego la incorporación de los preadolescentes a las jornadas de inoculación, y hace unas pocas semanas el anuncio de que muy pronto se aplicará la vacunas a niños desde los 5 años de edad.
2021, año de la profundización de los conflictos y desestabilización del pueblo haitiano, teniendo como uno de sus hechos más estremecedores el magnicidio del presidente Jovenel Moïse, ocurrido en la madrugada del 7 de Julio. Este escenario de permanente convulsión, ha colocado al gobierno de la República Dominicana al establecimiento de mayor rigor en la aplicación de políticas migratorias, así como la preservación de la seguridad fronteriza, al tiempo de hacer sentir su voz en escenarios internacionales, como ocurrió en la Asamblea General de la ONU, en el mes de septiembre, donde el presidente Luis Abinader hizo un llamado a la comunidad internacional para que asuma una labor de asistencia humanitaria, social y económica, esto en adición a un acompañamiento hasta lograr restablecer el orden institucional del vecino país.
Dichas acciones han motorizado importantes convocatorias del gobierno con el liderazgo político nacional para consensuar este sensible tema.
Este año, que aún no termina, ha sido el de estabilidad macroeconómica, de la estabilidad en el tipo de cambio; el de la reanimación del turismo, zonas francas y remesas, aportando valores históricos a nuestra economía. El 2021 ha sacado a la luz casos muy sonoros sobre corrupción administrativa que se ventilan en los tribunales de la República. El 2021 ha sido el año de la reaparición de casos de fiebre porcina, que gracias a una reacción rápida de las autoridades del sector agropecuario pudo mitigar sus efectos y avance.
Este ha sido, sin dudar, un año retador, elevados precios de las materias primas en los mercados internacionales y precios por concepto de fletes, sin precedentes; a pesar de estos escenarios desafiantes, se advierte optimismo en los agentes económicos por los indicadores sobre crecimiento, el desarrollo que vamos experimentando a través de obras de infraestructura, y la confianza generada para la inversión extranjera directa.
El 2021, que aún no termina, nos ha traído momentos de inmensa alegría y orgullo como las medallas olímpicas obtenidas por nuestros atletas en los Juegos de Tokio; ni hablar de la labor sobresaliente de Fernando Tatis Jr, Vladimir Guerrero Jr, Juan Soto, entre otras tantas estrellas dominicanas del Baseball de Grandes Ligas.
Pero también el 2021 ha sido el año de la honda tristeza, al ver partir a estrellas del arte nacional como el gran Johnny Pacheco y el extraordinario Johnny Ventura.
Adentrándonos en el último mes del año, debemos reflexionar sobre el presente y el futuro del país; solo la sumatoria de buenas voluntades nos ayudará a mejorar en el corto, mediano y largo plazo.
Te invito a que seas consecuente con el prójimo, servicial, hospitalario, sensible y solidario, estos valores serán determinantes en la construcción de una sociedad más justa, más prospera y más equilibrada.
El 2021: año complejo que aún no termina, nos anuncia que el 2022, será mucho mejor.
*Por Roberto Ángel Salcedo