No se ha hecho una encuesta para medir el grado de confianza del pueblo dominicano en las instituciones públicas.
Por lo demás, no hay que hacer tal encuesta. Basta salir a la calle y preguntar a la gente, por ejemplo, si confía en que los casos escandalosos que cursan en los tribunales terminarán con la caída de los pejes gordos.
La respuesta, ciento por ciento segura, será: Eso se va a quedar así.
Otra pregunta: ¿qué pasará con los oficiales implicados en casos de narcotráfico? Respuesta: Eso se va a quedar así.
Otra: ¿Qué se hará con las auditorías de la Cámara de Cuentas que demuestran irregularidades? Respuesta: Eso se va a quedar así.
Más preguntas: ¿En qué parará el caso de la torre Atiemar? Respuesta: Eso se va a quedar así.
¿Qué pasará con el robo que venía haciendo hace tiempo un senador de la República con cédulas falsas? Eso se va a quedar así.
¿A qué conducirán las investigaciones en torno al asesinato de un médico en el Jardín Botánico? Eso se va a quedar así.
¿En qué parará el caso Paya? Eso se va a quedar así.
Podría pasarme el día completo formulando preguntas que van a tener la misma respuesta, pero el espacio disponible no me alcanza. El caso es que la gente, con razón o sin ella, está escéptica y no cree en las instituciones.
¿Qué es, entonces, lo que tiene que cambiar? Nosotros. Todos. Los gobernantes y los gobernados. Cambiar para rescatar los valores éticos que se están perdiendo. Tenemos que ponernos en eso, porque si no, eso se va a quedar así.