Tras rebasar cáncer, Santana aprendió a vivir más sosegado

Tras rebasar cáncer, Santana aprendió a vivir más sosegado

Tras rebasar cáncer, Santana aprendió a vivir más sosegado

Roberto Santana

Santo Domingo.-“De esta, no se sí me quede vivo o muerto…”. Ese fue el pensamiento que afloró en la mente de Roberto José Santana Sánchez, exrector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, cuando le diagnosticaron cáncer de colon en 1998.

Dada la militancia social y política en la que participó en sus años estudiantiles, Santana vio morir a muchos de sus compañeros y estaba acostumbrado, junto a su familia, a recibir malas noticias.

Esta la tomo como una de esas, pero que ahora le tocaba a él.

Su madre, en cambio, nunca se acostumbró a esos riesgos que corrían Roberto Satana y sus compañeros. En esa época la hoy fenecida madre Thelma Sánchez, permanecía atenta a la radio temerosa de que a su hijo le pasara algo, por lo que llegó a desmayarse varias veces.

Historia de riesgos

“Mi familia tenía una historia de lidiar con los riesgos de mi vida. Eso me apenaba mucho porque le daba muchas mortificaciones, pero desde los 13 años asumí un compromiso social con mi país al lado del sacerdote Luis Quinn. A mi familia le pedía comprensión”, expresa Roberto Santana.

El hoy director ejecutivo de la Academia Regional Penitenciaria, quien superó encarcelamientos y otras situaciones difíciles, dice que cuando pensaba que había superado la prueba de la rectoría de la Univesidad Autónoma de Santo Domingo, ésta se la cobró con un cáncer en el colon generado fundamentalmente por las presiones de ese complicado cargo. Relata que la mayoría de los que han ocupado ese puesto han atravesado situaciones graves de salud.

“Es una incubadora de mala salud”, explica Santana, tras señalar que hay que lidiar con muchas presiones y afrontar muchos compromisos.

En su caso le tocó luchar por la ineficiencia, rearticular las relaciones entre la UASD y el Estado, así como ampliar la infraestructura y crear unas 55 nuevas carreras. Un año después de su salida de esa casa de estudios se embarcó en la búsqueda de la senaduría por su pueblo natal, San José de Ocoa, en su afán de convertir este municipio en provincia.

Justo en esos afanes fue cuando se le desarrolló el cáncer y tuvo que abandonar sus propósitos para dar la batalla por su salud. Ahí, relata, tuvo el acompañamiento de amigos ganados en sus luchas sociales.

Roberto Santana inició lo que pudo ser su más peligrosa lucha, la de su vida. Por recomendación de Peggy Cabral, fue a tratarse la enfermedad en el hospital Memorial Sloan Kettering Cáncer Center, de New York, donde se trató José Francisco Peña Gómez.

Temoroso, pero confiado en que todo saldría bien, se sometió a cirugía un 24 de diciembre a las 8:00 de la noche, un día de noche buena. A partir de ahí empezó la ruta para vencer el cáncer.

Hoy puede contar que superó la enfermedad, y ha cambiado totalmente su estilo de vida. Lleva una ritmo más sosegado, pero sin desprenderse de su compromiso social, ahora desde el sistema penitenciario, apostando a un nuevo modelo.

Tras derrotar al cáncer, Roberto Santana canaliza sus inquietudes sociales de una manera diferente, pero sin desenfocarse en sus deseos de contribuir a construir un mejorpaís.

Chequeos temprano, una gran ayuda

Nacido en El Naranjal, de San José de Ocoa, en 1951, Roberto Santana sigue siendo la persona afable de siempre, pero ya no actúa con la fogosidad de los tiempos de dirigente estudiantil.

Sobrevivir a una enfermedad que muchos toman como una sentencia de muerte, hace que le de ánimos a los que atraviesan por lo que él pasó.

Pero a los hombres que están sanos le recomienda hacerse sus chequeos cotidianos de la próstota y del colon y a las mujeres de las mamas para detectar a tiempo cualquier irregularidad, ya que eso aumenta las posibilidades de superar esa enfermdad.



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