Solidaridad hasta después de muertos

Solidaridad hasta después de muertos

Solidaridad hasta después de muertos

La cultura de la desconfianza es legendaria entre los dominicanos. En los últimos años ha llegado a niveles que empiezan a tornarse preocupantes, pues según el Latinobarómetro hay un descreimiento que abarca a la casi totalidad de las instituciones y las personas.

La cultura popular describe al dominicano como una persona desconfiada.

Ese fenómeno, por supuesto, toca todos los aspectos de la vida cotidiana. Llega incluso al nivel de hacer daño o evitar hacer el bien.

Nuestra periodista Dayana Acosta ha publicado varios reportajes sobre donaciones y trasplantes de órganos en el país.

De esos trabajos periodísticos se destaca la cantidad de profesionales bien formados que tiene el país y los centros aptos para hacer una amplia gama de trasplantes.

Pero a su vez resaltan las dificultades por la escasa cultura de donación de órganos que hay en el país.

Personas que creen que si son donantes podrían ser dejados morir , o centros que dilatan los procesos para evitar alguna “eventual demanda”, son solo algunos de los problemas que dificultan la donación de órganos.

Son mitos sin fundamentos.

Cada ciudadano tiene la oportunidad de, aun después de muerto, salvar la vida a otros.



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