MADRID, España.-El presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, recordó que España es un Estado «aconfesional» que «garantiza» las libertades, en un comunicado difundido el lunes, tras su entrevista con el Papa que denunció el «anticlericalismo agresivo» en España.
«El jefe del Ejecutivo ha comentado con el Papa la relación fluída del Estado español con el Vaticano, fruto de lo que expresa la Constitución española como Estado aconfesional que reconoce el peso de la Iglesia católica en España, pero que garantiza la libertad de todos», dijo el comunicado.
El domingo, Rodríguez Zapatero tuvo un encuentro en el aeropuerto de Barcelona con el Pontífice, poco antes de que Benedicto XVI concluyera su visita a España.
El sábado, durante su viaje a Santiago de Compostela, el Papa había pronunciado palabras muy incisivas denunciando los peligros de un retorno a un anticlericalismo «agresivo» en España, recordando los años treinta y la Guerra Civil. La influencia de la Iglesia, tradicionalmente muy fuerte en España, retrocede y sólo un 73% de los españoles se declaran actualmente católicos, contra un 80% hace ocho años.
El domingo, en Barcelona, el Papa volvió a condenar el matrimonio homosexual y el aborto, dos temas que enfrentan a la Iglesia y al gobierno socialista. Varios diarios lamentaron este lunes las referencias a los años treinta previos a la Guerra civil.
«El Papa fue injusto y poco diplomático cuando, volando hacia Santiago de Compostela, comparó en el tradicional encuentro con periodistas el +laicismo agresivo+ de la España actual con el que incendiaba iglesias y conventos durante los años treinta del siglo pasado», escribió el diario de centro izquierda El País.
«Su segunda visita a España (…) constituía una ocasión excepcional para aunar fe, razón y cultura», pero «no lo ha aprovechado», insistió el diario. El diario de centro derecha El Mundo lamentó la «desafortunada referencia» hecha por el Papa a esa época, pero destacó que el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, intentó «matizar» las declaraciones.
Destacó las distancias que existen entre el jefe del gobierno español y el Papa, quienes se limitaron a hablar de «la preparación del próximo viaje» de Benedicto XVI a España, previsto en agosto en ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en Madrid.