El monitoreo fetal electrónico empezó a usarse en forma generalizada a partir de la década de los setenta, con la incorporación de la sonografía o ecografía y la cardiotocografía.
La herramienta se utiliza conjuntamente con exámenes de sangre materna específicos para detectar anomalías fetales, asegura el doctor Miguel Montalvo, ginecólogo perinatólogo de la Clínica Integral de la Mujer del Centro de Diagnóstico, Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat) .
“Monitorear” significa recolectar, analizar y utilizar información para dar seguimiento a algo de manera especial, asegura Montalvo.
La sonografía o ecografía es un procedimiento diagnóstico sencillo, indoloro e inocuo. Sirve para confirmar la edad gestacional, determinar la presentación fetal, ubicar la posición de la placenta, medir el volumen del líquido amniótico, establecer el grado de madurez de la placenta, orientar en cuanto a la integridad física del feto y diagnosticar malformaciones, asegura el experto.
Sonografia 3-D y 4-D
El avance de la computadora ha tenido una gran influencia en el desarrollo de la biotecnología y las imágenes diagnósticas, incluyendo la sonografía, son de las que más se han beneficiado, al incorporar al examen del feto la tecnología tri y cuatri dimensional.
Las sonografías 3-D y 4-D permiten obtener una visión del feto tan real como una fotografía, por lo que proporcionan información muy segura, sobre todo en los casos de anomalías congénitas y malformaciones fetales, analiza Montalvo.
Asegura que los mejores resultados se obtienen cuando se realizan a partir de las 25 semanas.
Translucencia Nucal (TN) Se realiza para examinar la parte posterior de la cabeza del feto, a fin de medir el grosor del pliegue de la nuca. Resultados positivos sugieren alguna alteración cromosómica, principalmente el síndrome de Down.
Amniocentesis
Consiste en la extracción de una muestra de líquido amniótico. Se realiza bajo visión directa con el auxilio de la sonografia, lo que permite tener control absoluto del trayecto de la aguja y su relación con el feto y la placenta.
Se indica cuando la madre tiene más de 35 años o existen antecedentes familiares de niños con anomalías genéticas, exposición a radiaciones o sustancias químicas, incluyendo medicamentos, sensibilización por el factor Rh y para la determinación de madurez pulmonar fetal, entre otras.
Si la indicación es con el fin de realizar un cariotipo o estudio genético, se debe hacer entre las 14 y las 18 semanas de embarazo, asegura.
Biopsia corial
Es un procedimiento diagnóstico invasivo que consiste en tomar una muestra de la placenta, por medio de una punción de la cavidad uterina.
Está indicada cuando la paciente tiene antecedentes de abortos a repetición o signos de infección, como por ejemplo, rubeola, citomegalovirus y toxoplasma. Se debe realizar entre las 10 y 14 semanas de gestación.
El experto dijo que Monitorización Fetal Electrónica o Non Stress Test (NST), es uno de los métodos no invasivos más utilizados para valorar la salud fetal.
Se realiza a partir de las 28 semanas, cuando se sospecha que el feto tiene déficit de oxigenación, por lo que sus principales indicaciones son: embarazo de 38 semanas o más, diabetes materna, retraso del crecimiento fetal, hipertensión arterial de cualquier etiología, alteraciones del cordón umbilical, entre ellas circulares o compresión.