El alijo de 1,387.28 kilos de cocaína ocupados en 2004 a la red de Quirino era custodiado por el coronel de la PN Lidio Nin Terrero.
Santo Domingo.-Para llegar a su apresamiento, las autoridades locales junto a agentes de la DEA ya tenían información precisa de que el coronel del Ejército Rafael Collado Ureña estaba colaborando de cerca con una red de narcotraficantes.
Collado Ureña había sido fotografiado mientras hacía una transacción de narcotráfico con agentes encubiertos en una plaza comercial de Santo Domingo, revelaron a EL DÍA autoridades antinarcóticos.
Hace más de un año que el oficial estaba bajo vigilancia, hasta que el pasado miércoles fue arrestado a su llegada al principal aeropuerto internacional de Puerto Rico.
Aunque no hay una comunicación pública formal, las autoridades dominicanas manifestaron estar interesadas en que el oficial sea trasladado al país para ser juzgado por su vínculo con el narcotráfico.
Los 12.3 kilos de cocaína que se vinculan a la red de la que presuntamente forma parte fueron decomisados en territorio dominicano.
Igualmente, Collado Ureña está relacionado a una investigación de drogas que se sigue en la vecina isla, por lo que es también de interés para la DEA.
Rango clave para el narco
El apresamiento del coronel del Ejército Rafael Collado Ureña en Puerto Rico fortalece una lista de al menos 10 oficiales, la mayoría del mismo rango, que han sido apresados o acribillados durante los últimos años por sus vínculos con el narcotráfico.
Se trata de una posición privilegiada dentro del escalafón militar, ya que por lo regular los coroneles tienen bajo sus funciones el control de áreas sensibles, que con solo una orden pueden facilitar o imposibilitar una operación narcótica o la protección de grupos del narco.
Incluso, dentro de la propia Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), el Centro de Información y Coordinación Conjunta (CICC), que es el departamento de mayor responsabilidad, tradicionalmente ha sido dirigido por un coronel.
Aunque no es el más sonado, pero sí de los más bochornosos, en junio de 2015 agentes de la DNCD apresaron al coronel de la Fuerza Aérea Andrés Reyes Ortiz, en momentos que junto a su hijo de 19 años y otras personas traficaba con 337.5 kilos de cocaína.
El oficial, que tenía a su hijo en este ilícito, fue arrestado con un cuñado del narcotraficante Ernesto Bienvenido Guevara Díaz (Maconi), uno de los principales socios del capo Quirino Ernesto Paulino Castillo.
Es precisamente este último uno de más emblemáticos de los casos de oficiales vinculados al narco en el país.
Paulino Castillo fue arrestado en 2004 luego de que se incautara un cargamento superior a los mil kilos de cocaína atribuidos a la red que lideraba.
Esa droga era custodiada por el coronel activo de la Policía Nacional, Lidio Arturo Nin Terrero, quien fue arrestado, extraditado y condenado en Estados Unidos.
A la lista se suma el exjefe de operaciones de la DNCD Francisco Hiraldo Guerrero, quien admitió que formaba parte de una red de narcotráfico que logró introducir decenas de cargamentos de drogas a Estados Unidos.
Aunque al momento de su apresamiento tenía el rango de general, durante ocurrieron los hechos Hiraldo Guerrero era coronel.
Así mismo, el capo boricua José David Figueroa Agosto contó entre sus contactos con el apoyo de varios coroneles.
Entre ellos el coronel José Amado González González, a quien ordenó asesinar.
También se le atribuyó al coronel José Francisco Rodríguez Fernández el haberle otorgado al capo un carnet del DNI para que pudiera desplazarse.
Coronel de Paya
En el caso Paya, ocurrido en el año 2008, también fue involucrado un teniente coronel (capitán de fragata), Ricardo Guzmán Pérez, al que se identificó como el cabecilla del grupo de oficiales de la Marina de Guerra que ejecutó la matanza. Este caso estremeció los cimientos de esa institución.
El coronel acusado de negociar cocaína
El escándalo generado por el apresamiento del excoronel Carlos Fernández Valerio, acusado de robo de cocaína incautada, es otro de la larga lista en la que se involucra a este tipo de oficiales.
Fernández Valerio, quien al momento de su arresto era el encargado de la Dirección Central Antinarcóticos de la Policía Nacional, cumple una condena de 20 años de prisión.
Las pruebas presentadas por el Ministerio Público lo inculpan como responsable de la desaparición de casi mil kilos de cocaína que había sido decomisada por esa institución.
Por el caso también fueron condenados fiscales y otros uniformados a veinte, quince y diez años de prisión.