La epilepsia: efectos de una alteración eléctrica excesiva en el cerebro

La epilepsia: efectos de una alteración eléctrica excesiva en el cerebro

La epilepsia: efectos de una alteración eléctrica excesiva en el cerebro

La epilepsia es la enfermedad neurológica crónica más común, la cual afecta a personas de todas las edades, razas y clases sociales en el mundo.

Estudios han demostrado que un estimado de 50 millones de personas en todo el mundo sufren de esta patología, siendo 2.4 millones de casos nuevos diagnosticados cada año a nivel global.

La doctora Patricia Recio, neuróloga del Centro de Diagnóstico Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat), explica que la epilepsia es un trastorno crónico no transmisible del cerebro, caracterizado por una predisposición duradera que genera crisis epilépticas.

Se trata de una alteración eléctrica excesiva del cerebro que causa efectos adversos en el organismo y acciones involuntarias del mismo.

Las crisis epilépticas, también llamadas “crisis convulsivas”, ocurren por una ¨descarga excesiva y desordenada de los tejidos cerebrales sobre los músculos¨; los signos y síntomas de las crisis epilépticas dependen de la localización de la descarga en la corteza cerebral, así como en la extensión y el patrón de propagación de la descarga en el cerebro.

La descarga ocasiona una pérdida casi instantánea del conocimiento, alteraciones de la percepción, trastorno de la función psíquica, movimientos convulsivos, alteración en las sensaciones o alguna combinación de estos fenómenos.

La especialista destaca que para el diagnóstico de la epilepsia se toma en cuenta la ocurrencia de, al menos, dos crisis convulsivas no provocadas.

“En la actualidad, la proporción estimada de la población con epilepsia activa (crisis convulsivas continuas con necesidad de tratamiento) está entre 4 y 10 por cada 1000 personas.

Sin embargo, algunos estudios en países de ingresos bajos y medios sugieren que la proporción es mucho mayor, entre 7 y 14 por cada 1000”, añade.

Recio argumenta que existe un 9 % de probabilidad de experimentar una crisis epiléptica, a lo largo de la vida; mientras que existe un 3% de probabilidad de recibir el diagnóstico de dicha enfermedad.

Dijo que aproximadamente 66% de las crisis epilépticas comienzan en la niñez, y es precisamente el período donde el trastorno asume las formas más diversas.

La incidencia aumenta de nuevo después de los 60 años de vida.

Las causas

Las crisis epilépticas son una manifestación de enfermedades neurológicas o metabólicas.
En un número sustancial de casos, la causa de esta permanece aún desconocida.

Entre las causas identificadas, tienden a variar de acuerdo a la edad del paciente.

La galena también dijo que algunos síndromes hereditarios, malformaciones cerebrales congénitas, infección y trauma craneal son las causas más frecuentes en niños.

El trauma craneal es la causa más común en adultos jóvenes.

La enfermedad cerebrovascular, los tumores cerebrales y el trauma craneal son las causas más frecuentes en la edad media.

El tratamiento

La enfermedad cerebrovascular, enfermedad de Alzheimer y otras condiciones degenerativas son las causas más comunes en los mayores.

La especialista explicó que aunque las causas pueden ser muy diversas y cada caso se evalúa de forma particular y con tratamientos distintos, existen varios fármacos antiepilépticos que se utilizan de acuerdo al tipo de crisis convulsiva.

Otra alternativa es la cirugía de epilepsia, la cual se implementa en pacientes resistentes al tratamiento farmacológico y que tienen un foco de crisis identificable.

El impacto personal y social

La doctora Patricia Recio revela que existe una persistencia en la discriminación contra las personas con epilepsia, lo que se traduce en dificultades con su educación, empleo, matrimonio y relaciones sociales.

“En este proceso, las personas con este padecimiento frecuentemente presentan otras condiciones, como depresión y ansiedad”, agrega.

Es importarte destacar que la mayoría de las personas con epilepsia podrían llevar una vida normal, si se tratan adecuadamente de manos de un especialista.

La educación al paciente resulta fundamental para prevenir lesiones.
Este le ayudará en el manejo de las crisis convulsiva, sin la pérdida del conocimiento durante las mismas.



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