La cotidianidad y la inmigración

La cotidianidad y la inmigración

La cotidianidad y la inmigración

El Estado dominicano ha tenido que acelerar la marcha para ponerse al día en una materia que por descuido e irresponsabilidad dejó convertir en un gran problema.

En los últimos dos años un bloque conformado por leyes, sentencias, decretos y resoluciones han creado el armazón jurídico que permitiera poner un orden en materia de migración y que además definiera de una vez y por todas lo relativo a los principios para adquirir la nacionalidad dominicana (tema que tenía varias décadas en discusión).

En estos dos años también se ejecutó el más benigno plan de regularización de extranjeros residentes ilegales que país alguno haya realizado.

Poner la casa en orden ha generado mucho ruido y distracciones, lo cual es hasta entendible.

Toca en lo adelante tratar el tema migratorio como algo de la cotidianidad. El Estado dominicano tiene la obligación de impedir que sus ciudadanos salgan de manera ilegal rumbo a otros países y de impedir que extranjeros entren de manera ilegal al nuestro y que permanezcan en el territorio sin la debida autorización por parte de las autoridades.

El país debe continuar con su cotidianidad y las autoridades atender todos los problemas nacionales que aún persisten.

Las autoridades de Migración tienen una ley que cumplir y hacer cumplir y las Fuerzas Armadas tienen una responsabilidad de custodiar la s fronteras.

No esperemos mucho del gobierno haitiano, pues sus líderes han demostrado ser mentirosos, irresponsables y de poco fiar.



El Día

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