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Insolente

El Día Por El Día

En una información que apareció la semana pasada, se hacía constar que el Diputado Dr. Hugo Tolentino Dipp manifestó su disgusto con el Presidente de la Cámara de Diputados Abel Martínez Durán, en relación a la forma en que este último condujo un debate en el  pleno del hemiciclo.

En síntesis, Don Hugo explicó, en misiva dirigida al joven santiaguero, que en un debate en el que Tolentino solicitó ripostar, se le negó el uso de la palabra, alegando procedimiento, tan sólo para concedérsela el día siguiente, y ese día, en medio de su turno, mutilarle el tiempo, y entonces, ciertamente, violar el procedimiento, permitiendo que se ripostara, no una, sino tres veces, sobre el mismo tema.

Parecería una simple desavenencia, pero para los que leemos entre líneas es algo más grave y me explico:

La Cámara de Diputados es un órgano del Poder Legislativo y por su esencia, es plural, democrático y participativo. Es en ésa y no en ninguna otra institución, ni siquiera en el Senado, donde debe ser más respetada la opinión contraria; (por cierto, en el Senado no hay opinión contraria). En la Cámara de Diputados estamos representados todos, cual espejo de la sociedad, mansos y cimarrones, y en ese escenario, una vez más,  Hugo Tolentino Dipp ha demostrado hasta la saciedad que es un hombre libre de tacha.

Al día de hoy, al Dr. Tolentino no se le conoce vinculación con escándalo alguno: ni villas, ni auto de lujo, ni lancha, ni queridas, ni mansión capitalina. De hecho, siempre ha conservado su viejo apartamento desde antes que el hermano de Caín naciera.

Hace ya muchos años que fue rector de la UASD. Como si fuera poco, Presidente de la Cámara de Diputados y Canciller de la República, entre otras funciones.

Habiendo tenido todas las oportunidades para enriquecerse inadecuadamente, sin haberlo hecho y representando una bocanada de aire fresco en la intoxicada atmósfera congresional, ¿por qué tratarlo de esa forma?

Don Hugo es uno de los pocos políticos de su generación que puede servir como referente ético y faro guía en la búsqueda de un sentido político transparente, honesto y eficaz.

La actitud asumida por el solterón de Santiago es una bofetada a la trayectoria de bien de un hombre decente y peor aún, un reflejo de su escasa vocación por la diversidad, disidencia y pensamiento propio.

En términos generacionales, el soltero codiciado, desilusiona, pues si bien es cierto que está obligado a defender sus intereses, debería tener el suficiente discernimiento para saber cómo y con quién realiza sus ejercicios de atropello.

Mal podríamos, aquellos que nos visualizamos como herederos de gente como Hugo, Milagros, Tirso, Ivelisse y por qué no, de un Bidó Medina también, permanecer callados frente a esta afrenta a la integridad de una persona que dignifica la Cámara de Diputados, sobre todo, si precisamente, el partido al que pertenece el que no encuentra novia, pocos días atrás, hizo una rueda de prensa para defender su “cara histórica”, la misma que posee varias casas y que no paga la luz. Y yo me pregunto: ¿y mientras esto sucede, a Don Hugo le “cortan” el uso de la palabra?

En vista de que la carta que emanara del Diputado Tolentino Dipp se hizo pública, he permanecido a la espera de la disculpa, también pública como manda el protocolo, de parte del colega generacional que tiene la dicha de dirigir, por el momento, la Cámara de Diputados pero la misma no ha llegado, ni llegará,  aparentemente.

Es por ello que debo concluir que en su infeliz, desconsiderado y vergonzoso acto de disminuir la figura de un hombre serio como Don Hugo el que queda disminuido es él.

Insolente.

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