Es mucho el esfuerzo que debemos hacer para realizar una carrera universitaria y más aun con la rapidez de la tecnología y la globalización. Estar informado y ser competente en estos tiempos requiere del estudio continúo en la búsqueda y actualización de los datos, así que es ardua la tarea para los que se proponen cumplir la meta y ejercer dignamente su profesión con ello ver realidad su sueño.
Construir un sueño requiere necesariamente fijar las metas y tomar la decisión de trillar el camino. Los demás a penas se imaginan cuánto ha sido el esfuerzo y las horas dedicadas o el sabor dulce y amargo que solo pueden saberlo los que han tenido el coraje de empezar algo.
Luego, con el paso del tiempo cumplida la meta, estarás en el lugar por el cual luchaste, debelaste, saliste bajo lluvia o sol ardiente, horas de hambre y sueño ante un proyecto que debes concluir, ya que es necesario para subir a otro escalón y muchas veces debemos aceptar que lo demás digan que usted ha tenido suerte en la vida.
Nadie sabe cuántas horas le dedicaste a construir una serie de estrategias para abrirte paso ante las adversidades y vencer todos los obstáculos. Tu carrera puede parecer simple para los demás, pero, el hecho de estar ahí, es justo el momento donde te convertirte en un triunfador. Bien dice un dicho que el que aspira llega y como dice la canción de Luisito Rey (Éxito) Éxito por el que luchan, por el que sufren hasta morir. Éxito el que lo haya solo él lo sabe lo duro que fue romper las barreras sufrir que te humillen pero siempre seguir
Por eso debemos aprender de las hermosas letras de Jorge Lavat (Desiderata) Disfruta de tus éxitos, lo mismo que de tus planes mantén el interés en tu propia carrera por humilde que sea: ella es un verdadero tesoro en el fortuito cambiar de los tiempos.
El autor de esta canción no se equivoca y me gusta pensar que es así, pues cada persona tiene un interés único y particular, acomoda sus planes y emprende un camino que necesariamente no estaría lleno de flores, sino que las flores la pones tú donde hay espinas, porque no interesa cuantas veces te pinche los pies, tampoco las barreras que tengas que superar lo que importa es llegar y es aquí donde se siente el sabor tan dulce que puede hacer olvidar cuan amargo que pudo ser el recorrido.
Hoy es, el principio del mañana, todo aquel que cruza la valla, lo pensó antes y buscó la forma de cómo hacerlo, por eso disfruta al máximo la carrera que emprendes y no olvides lo amargo del camino, para cuando estés en la cima puedas valorar el esfuerzo que vienen haciendo los demás.
No existe tal suerte, más bien existe el coraje, el valor y la decisión de hacer realidad tus sueños.