SANTO DOMINGO.-Cada año, el 12 de octubre es conmemorado como el día de la raza o día del encuentro entre dos culturas. Sin embargo, vale la pena investigar el trasfondo cultural real detrás de esta conmemoración.
El historiador José Antinoe Fiallo considera que es incorrecto llamar este día como Día de las Razas o del Descubrimiento. Dijo que por muchos años se ha venido mencionando erróneamente estos dos conceptos, a los cuales llamó disparates.
El primero de ellos es el famoso descubrimiento, pero este término acuñado por los países conquistadores está muy mal empleado, puesto que estas tierras y los habitantes de la misma ya existían antes de tal hallazgo, explicó el catedrático.
La segunda incongruencia es la palabra raza, apuntó.
Esta palabra no tiene sentido, en cuanto a la complejidad de los procesos, dijo Fiallo, quien entiende que el hecho ocurrido el 12 de octubre de 1492 no debe celebrarse.
Lo que se produjo en nuestra isla fue una hecatombe social, añadió.
Indicó que la isla que actualmente se conoce como Santo Domingo o La Española, a la llegada de los conquistadores era llamada Haití, y se calcula que para el año 1492 había de 300,000 a 400,000 pobladores originales, pero ya entre 1,560 y 1570 solo quedaron 1,500 debido al que los invasores les dieron un maltrato y muerte. Las consecuencias fueron devastadoras, señaló.
En su opinión, este hecho no representa ningún motivo de celebración o conmemoración vívida que enorgullezca recordar.
El día de la raza, más bien debería ser llamado día de la llegada de los conquistadores, de los invasores, o de los opresores, manifestó indignado el historiador.
Reiteró que dicho hecho no aportó ningún progreso como se ha querido hacer creer, sino más bien destrucción.
Mencionó que en la actualidad el suelo dominicano aún es una semi-colonia con presencia de Estados Unidos y Europa. Ejemplo de esto es el envío de tropas dominicanas a Irak y las acciones de algunos políticos asociados a intereses europeos.
Y es que este fenómeno de dependencia se encuentra en la trayectoria de la historia se Quisqueya. Antes de la Independencia Nacional los sectores conservadores tenían una tendencia de protectorado hacia Francia. Tiempo después Buenaventura Báez buscaba la protección de Estados Unidos; por otro lado Pedro Santana anexó la patria dominicana a España y, como premio, hoy tiene el título de El libertador y sus restos están depositados en el Panteón Nacional junto con los reales forjadores de nuestra soberanía, señaló.
Asimismo, añadió, la dictadura de Trujillo fue fruto de la Intervención Norteamericana y ésta a su vez dejó como herencia los gobiernos de Joaquín Balaguer. Todo el manejo de la información responde a que siempre nuestros gobernantes han tenido sus esperanzas puestas en suelos extranjeros.
A juicio de Antinoe Fiallo, antes de hablar sobre la raza hay que encomiar y ensalzar esas sublevaciones que hicieron los aborígenes para defenderse del abuso y la explotación. Las rebeliones indígenas, las cimarronadas y las alzas de los subyugados son las conmemoraciones que se deben recordar con orgullo y enseñarse abiertamente.
El pueblo dominicano debe documentarse, dijo el profesor Fiallo, tenemos el derecho de investigar la verdadera historia de los sucesos que completan el cuadro de nuestras memorias. No repetir lo que esta cultura de intereses inculca, sino ser partícipes del despertar nacional que invita a conocer la realidad de los eventos.