Santo Domingo.-La familia del licenciado Luis Ferreras Rossó, hallado muerto en las aguas del río Ozama hace un mes y 48 días, solicitó la intervención inmediata de la Procuraduría General de la República en el proceso de investigación, «caso que se encuentra paralizado por trámites burocráticos».
Manifestaron que el Ministerio Público no ha podido proceder con la investigación a la espera de los resultados de los exámenes forenses que trabaja el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF).
A su vez, las autoridades policiales alegan que no pueden proceder con la investigación sin obtener los exámenes forenses.
Tampoco ha sido posible obtener los registros telefónicos del fenecido pese a que han sido pedidos a la compañía responsable en dos ocasiones, de acuerdo a la Fiscalía de la Provincia Santo Domingo Este.
La telefónica argumentó que la primera solicitud estaba mal instrumentada, por lo que la Fiscalía procedió a enviar un segundo requerimiento que tampoco ha sido respondido.
La familia, qué desde inicio del hecho ha descartado que se haya tratado de un suicidio, temen que las manos criminales responsables aprovechen la tardanza de los resultados de la investigación para borrar las pruebas necesarias.
“No es posible que las autoridades no tengan respuesta de este caso, somos una familia que está destrozada por la forma en que perdimos a nuestro ser querido, y peor aún, no sabemos nada sobre lo que pasó”, apunta la familia.
Argumentan que no pudo haberse suicidado porque Luis Ferreras Rossò era una persona estable, amante a su familia, un intelectual, y un trabajador que mantuvo un puesto de trabajo en una área administrativa por más de 23 años en una empresa de renombre.
A Ferreras Rossò se le conocía como un hombre ecuánime y equilibrado, de una gran labor social en su comunidad natal de Villarpando de Azua y un importante dirigente del Partido V República.
Se recuerda el abogado y comunicador desapareció el 21 de septiembre en horas de la mañana, tras salir de su residencia ubicada en Alma Rosa II, y hallado 48 horas después en las aguas del río Ozama.