El optimismo dominicano

El optimismo dominicano

El optimismo dominicano

Todos los presidentes y gobiernos del país en la última década siempre han levantado la bandera del optimismo en el campo laboral.

Todos apuestan a aumentar las oportunidades de empleo mediante la creación de nuevas plazas y los incentivos necesarios para la inversión nacional y extranjera.

Los resultados están por verse desde la primera vez que se escuchó el plan del fomento del empleo en el país. Los gobiernos mantienen en alto esa bandera del optimismo.
En cambio, la situación resulta diferente en otras latitudes. Hace poco el director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó un panorama desolador en el II Foro Internacional de Políticas Públicas de Empleo, que durante dos días reunió en España a responsables de políticas de empleo de más de cincuenta países.

Planteó que hay países donde la tasa de desempleo juvenil ronda el 50 por ciento. Una verdadera incongruencia del siglo, ya que se trata de un sector con carreras y conocimientos profesionales de alto nivel. Otro enfoque toca de manera sensible la realidad que vive el país.

Planteó que el empleo informal en los países andinos, América Central y países de Asia y África ronda el 70 por ciento.

Así las cosas, hay que redoblar los esfuerzos para convertir en una realidad planes que datan de una década en materia laboral. Hoy más que nunca las políticas públicas deben enfocarse en los resultados en materia de creación de nuevas fuentes de empleo.

 



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