El país conmemora hoy una efeméride grande, con el 195 aniversario del nacimiento del patricio Ramón Matías Mella, militar y estratega a quien debemos, junto a Juan Pablo Duarte y Francisco del Rosario Sánchez, no sólo la independencia, sino también el inicio de una forma de valorar hoy el costo que tuvo que pagar nuestro pueblo por su libertad.
En el pasado está un hecho que marca ese tortuoso camino hacia la libertad.
A Mella se le conoce como el hombre del trabucazo, disparo que en la Puerta de la Misericordia, el 27 de febrero de 1844, definió a favor de Los Trinitarios la causa por la independencia.
Si de Mella debemos destacar uno de sus valores, ese está en el hecho de que fue un hombre de armas hasta el final de su vida; y que con el tiempo, su apego a los valores patrios, el respeto a su uniforme y a la causa, lo hicieron permanecer coherente, ajeno a las apetencias, la vida fácil y las tentaciones del momento.
En Mella vemos un ejemplo en el pasado, un valor a seguir en el presente y una referencia de que el hombre que lleva un uniforme militar debe cultivar valores por encima de las vicisitudes de su tiempo y pensar siempre en valores más altos y comprometidos, que trasciendan el tiempo y permitan mostrar una intachable hoja de servicio a la patria, al Ejército y al nombre de la familia de donde nació.
Nadie como Mella predicó con el ejemplo que demandaba Juan Pablo Duarte, inspiración para él y hombres que como él llevan el uniforme militar.
Quien demandaba, ante todo, tener salud, corazón y juicio para poder ganarle la batalla a esos hombres sin juicio y sin corazón que en el pasado, igual que hoy, conspiran contra la salud de la Patria.