Algarabía Navideña

Algarabía Navideña

Algarabía Navideña

Cada año esperamos con algarabía la llegada de la temporada navideña, una época donde nos preparamos para celebrar el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo; reflejado en el amor y la unión familiar, que juntos llenan el hogar en un ambiente de festejo, pleno de solidaridad, de perdón y de compartir en alegría.

Las navidades son, en esencia, tiempo de paz y alegría, tiempo de reflexión, de bendiciones, de dar y recibir amor, de consolidar las relaciones familiares y valorar la amistad. Todos esperamos ser bendecidos por Dios para recibir un nuevo año lleno de nuevas esperanzas, de un nuevo renacer.

Este nuevo renacer para nuestro país, para cada una de la familia dominicana; tan necesario en un momento de tribulaciones que corroen en la mas íntima esencia de ser humano. Estamos en un mundo confuso donde el mas noble puede a la vez actuar con mezquindad y encontrar en un desarropado la verdadera manifestación de la nobleza.

Esperamos un nuevo amanecer, donde el Sol brille con mas intensidad al asomarse cada mañana, trayéndonos luz para que nuestros pensamientos generen los cambios necesarios en nuestras vidas y la vida en comunidad, actuando siempre de buena fe.

La época navideña es un espacio en el tiempo, para estacionarnos, meditar, con la mirada profundamente fija en el mas allá, mas allá de lo propio; lo que compete a la humanidad y localmente a la gente de nuestro país, porque es una época de reflexión, de cuestionarnos: de los qué, de los porqué y de cuál será el futuro sino les damos la importancia a las ansiosas respuestas que buscamos y que se tardan en arribar a la tierra que cada uno siembra para su devenir.

Navidad 2015, no existe nada tan malo que no tenga aunque sea un ápice de bondad. Busquémosla, ahí está frente a todos. Develémosla, simplemente con una sencilla manifestación de amor, de compresión, de solidaridad.

Para un nuevo renacer los cambios deben gestarse, nacer, desarrollarse y consolidarse.

Nuestro lar , sus hijos, los dominicanos y dominicanas, en ésta Navidad, llena de penurias, debemos depositar en un cofre dorado como un regalo del Niño Jesús, el amor a la esperanza de una vida mejor, un futuro donde lo mas necesitados puedan tener mas oportunidades de vivir con equidad, donde los valores familiares sean la fuente de inspiración para las futuras generaciones y el valor a la vida vuelva a renacer en nuestro país y en el mundo entero. Disfrutemos en paz y alegría.

*Por Francia de Pérez



El Día

Periódico independiente.

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