El ejercicio produce beneficios, pero no todos están dispuestos a derramar una gota de sudor para obtenerlos.
Algunos simplemente es que no pueden saltar, correr o realizar cualquier entrenamiento de alta intensidad para estar «en forma».
Para ellos, la pregunta es cómo pueden obtener esas mismas ventajas de una manera menos vigorosa, si es posible hacerlo con una rutina menos acelerada.
Y eso fue exactamente lo que se planteó el programa de la BBC «Confía en mí, soy doctor», que decidió ir a los extremos y comparar dos conceptos tan distintos en cuanto a su práctica como el zumba y el taichí para encontrar la respuesta.
Modernidad vs. arte milenario
En un estudio junto a científicos de la Universidad de Birmingham, Reino Unido, los investigadores solicitaron la colaboración de un grupo de voluntarios entre 65 y 75 años de edad que no hicieran ejercicios de forma regular.
Divididos en dos grupos, a uno se le asignó una rutina de clases de zumba dirigidas a personas de avanzada edad, mientras que al otro se le encargó sesiones de taichí.
Los voluntarios fueron sometidos a controles de presión de la sangre al comienzo, en el medio y al final de un período de 12 semanas, mientras que la flexibilidad de sus vasos sanguíneos fue medida a través de ultrasonidos.
Uno de los poderes del ejercicio en beneficio de la salud se basa en la habilidad de mejorar estos dos aspectos del cuerpo.
Cuanto más flexibles son los vasos sanguíneos, más saludable es la persona.
Los científicos también midieron los niveles de antioxidantes en la sangre, así como otros químicos que marcan estrés e inflamación, y que responden favorablemente al ejercicio y están detrás de muchos de sus beneficios.
Como era de esperar, el grupo de zumba ofreció una mejora considerable en la salud de cada uno de sus miembros al término de las 12 semanas: más en forma, con sus vasos sanguíneos más elásticos, la presión más baja y positivos resultados en los exámenes de sangre.
Lo que si les llamó la atención fue que el grupo de taichí mostró beneficios similares, con mejoras en cada uno de los controles.
Bienestar
La clave, explicaron, es que si es verdad que el taichí se ve como un arte sin intensidad y elegante, la realidad es que termina siendo más exigente de lo que parece.
La doctora Jet Veldhuijzen van Zanten, profesora de psicología biológica, señaló: «encontramos que hacer una sesión de taichí te ofrece mejoras en el ritmo cardiaco similares al de un ejercicio de intensidad moderada».
«Aunque no se sienta tan difícil como cuando uno hace movimientos más rápidos, el corazón está trabajando igual de fuerte.
«Eso se traduce en beneficios para la salud de los vasos sanguíneos y los hace más elásticos», añadió.
La conclusión, afirmó la experta, es que a las personas no les debería importar si no sudan o pensar que no vale la pena esforzarse si no pueden hacer ejercicios más arduos.
«Hemos demostrado que con un programa de taichí, que incluye movimientos suaves, se pueden alcanzar importantes beneficios para la salud, además de que se puede disfrutar como ocurrió con los participantes en nuestro estudio»
«Lo que hay que enfatizar es que cualquier cantidad de ejercicio, sea del tipo que sea, es bueno para la salud y el bienestar», resaltó Veldhuijzen van Zanten.