Zika: científico de EE.UU. cree haber contagiado a su esposa por via sexual

Zika: científico de EE.UU. cree haber contagiado a su esposa por via sexual

Zika: científico de EE.UU. cree haber contagiado a su esposa por via sexual

Las búsquedas en internet sobre el virus del zika invariablemente mencionan la epidemia en Brasil y la posible relación con los casos de microcefalia en 21 estados del país.

De vez en cuando también aparece el nombre del estadounidense Brian Foy, cuya relevancia es mucho mayor de la que indican los resultados de la pesquisa.

El profesor asistente en la Universidad del Estado de Colorado es uno de los autores de un estudio que sugiere la posibilidad de la transmisión del zika por contacto sexual.

Una hipótesis que Foy investigó en 2011, no sólo por el interés científico: el académico contrajo la enfermedad durante un viaje a África en 2008, y luego, sospechó que fue por medio de una relación sexual que se contagió su esposa, Joy, que se había quedado en Estados Unidos.

«Vivimos en Colorado, un estado estadounidense donde no hay mosquitos en el momento del año en el que mi esposa contrajo el virus. Y donde no hay presencia de Aedes aegypti (mosquito que transmite el zika)», le dijo Foy en una entrevista telefónica a BBC Brasil.

«Lo más probable es que mi esposa haya sido infectada mientras teníamos sexo, pero la ciencia no está ni siquiera cerca de probar la posibilidad de este tipo de contagio».

Aedes Aegypti es el mosquito que transmite la enfermedad.

Aedes Aegypti es el mosquito que transmite la enfermedad.

Costos

EE.UU. cree que el impacto causado por la epidemia en Brasil puede ser un buen motivo para conseguir fondos para investigar el asunto.

 

Foy dice que no hay duda de que la picadura del mosquito Aedes aegypti es la principal forma en la que uno puede contraer el virus, pero defiende la importancia de al menos investigar lo que ocurre por vía sexual.

«Para llegar a una zona de contagio tan extensa y de forma tan rápida, el mosquito es la gran explicación. Incluso puede ser que el contagio sexual represente un hecho poco habitual y dados los problemas que enfrentan las autoridades sanitarias de los países afectados, como Brasil, no está en lo alto de la lista de prioridades. Como científico, sin embargo, siempre creo en la importancia de investigar otras posibilidades», agrega.

Foy explica que el procedimiento científico para probar la posibilidad de contagio sexual es extremadamente compleja, en particular la necesidad de hacer experimentos con animales.

«Además de los costos financieros, está toda la controversia con la opinión pública. Hicimos pruebas con hámsters pero los resultados no fueron concluyentes.»

En su estudio, el estadounidense presenta una serie de argumentos para defender las posibilidades de contagio por contacto sexual.

Joy nunca visitó África o Asia en el momento de publicación del documento, hacía cuatro años que no dejaba EE.UU.

Antes de la epidemia en Brasil y de que comenzara a llegar a otros países de América del Sur, el zika nunca había sido reportado en el Hemisferio Occidental, según Foy.

«Es la explicación más lógica. Mi esposa tuvo zika nueve días después después de mi regreso de Senegal, pero el período de incubación del zika en el mosquito es de al menos 10 a 15 días».

«Otra posibilidad es que haya sido contagiada por la saliva u otros fluidos corporales, pero tenemos cuatro hijos y ellos no se enfermaron».

«No es bueno causar pánico»

Foy defiende el argumento de que un posible descubrimiento de transmisión vía sexual tendría importantes consecuencias para el estudio del arbovirus, el tipo de virus que se transmite por los mosquitos.

Esto es porque la transmisión sexual humana no se ha documentado.

El científico admite, sin embargo, que al menos en teoría, habría más pistas sobre la posibilidad de contacto sexual si fuera una situación más generalizada.

Y defendió la postura de las autoridades sanitarias de Brasil respecto a las formas de contacto del mosquito.

«No es bueno causar pánico en la población. Es importante que las autoridades sean cautelosas en este momento en el que una serie de medidas deben tomarse. También debemos recordar que la agenda de la salud pública es muy diferente a la ciencia», dice.

Foy dijo haber donado sangre a colegas científicos interesados en estudiar el desarrollo de medicamentos contra el virus.

«Como científicos no debemos preocuparnos sólo por el mosquito. También porque el Aedes aegypti ha demostrado ser difícil».



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