París.- El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, llegó este domingo a Francia para mantener una cena de trabajo con su homólogo galo, Emmanuel Macron, dentro de una mini gira europea. Zelenski aterrizó en la base aérea de Villacoublay, próxima a París, a bordo de un avión oficial francés.
Fue recibido por la primera ministra francesa, Élisabeth Borne, y por la titular de Exteriores, Catherine Colonna, y desde allí embarcó en una caravana de vehículos oficiales camino del Palacio del Elíseo.
La discusión con Macron se centrará “en el apoyo que Francia sigue aportando en apoyo a las necesidades urgentes de Ucrania, tanto en el plano militar como en el humanitario”, señaló el Elíseo en un comunicado.
Añadió que ambos presidentes discutirán sobre “las perspectivas a más largo plazo para el retorno de la paz en Europa”, especialmente sobre la base del plan de paz presentado por Zelenski, que sigue teniendo el apoyo de Francia.
Zelenski llegó tras una mini gira que le ha llevado este fin de semana por Italia, el Vaticano y Alemania, en momentos en que se espera el inicio de una contraofensiva por parte de las tropas ucranianas.
En Berlín, Zelenski dijo hoy que su país está “casi listo” para lograr el triunfo en la prevista contraofensiva de sus tropas. “Estamos motivados y creo que estamos casi preparados para esa victoria”, según afirmó en una rueda de prensa junto al canciller alemán, Olaf Scholz. Y en Aquisgrán recibió el Premio Carlomagno.
El sábado, estuvo en Roma para reunirse con el Gobierno italiano y con el Papa Francisco.
Se trata de la segunda visita de Zelenski a Francia desde la invasión rusa de su país, en febrero de 2022. La primera tuvo lugar el pasado 8 de febrero, cuando el presidente ucraniano llegó procedente del Reino Unido para participar en una reunión tripartica con Macron y con Scholz en el Elíseo.
Medios locales indicaron que Zelenski pasará la noche en París y emprenderá viaje mañana, lunes, aunque sin precisar si retornará a su país.
En una entrevista con el diario L’Opinion, Macron insistió en que “Rusia no debe ganar la guerra”, por lo que hace falta continuar aportando ayuda militar a Kiev. Sin embargo, insistió en su conocida postura de que tras el conflicto Europa necesitará construir una nueva arquitectura de seguridad que “construya equilibrios sostenibles”, con garantías a la seguridad de Ucrania pero a la vez sin buscar la confrontación con Rusia.