Zapatero…

En muchas encuestas nuestra Iglesia católica sale como una de las tres instituciones más confiables. No sé si confiar en ese dato, pues también dizque inspiran confianza la prensa y las universidades.

La Conferencia Episcopal Dominicana emitió ayer un mensaje, con motivo del 181 aniversario de la separación de Haití. Al leerlo renové mis dudas sobre cómo se mide la confianza.

La prensa, maleada por presiones para competir con desaforados “influencers” u otros falsos periodistas, no creo que sea tan confiable como hace varias décadas.

Y las universidades, mejor no entrar ahora por esa pedregosa vereda. Los obispos opinaron sobre seguridad social, servicios médicos, confusiones de nuestros emigrantes, protección medioambiental, “impactos negativos” de la minería, cuido de envejecientes y cinco o seis otros temas mundanos, políticos o empresariales. Naturalmente desbarraron.

Brincaron fuera del cajón de su experticia, que es evangelizar, y del tema aducido, el aniversario de la república.

Al ocuparse indebidamente de asuntos profundos con querúbica superficialidad, los obispos desperdician la oportunidad de impactar positivamente mediante su misión profética o de denuncia social. Muchos de nuestros problemas se deben a que muy pocos curas y prelados se ocupan de evangelizar y concienciar sobre moralidad cristiana.

Si quiere politiquear, la Iglesia debe ser un foro para debates inteligentes en vez de caja de resonancia para intereses de agnósticos, ateos, amorales y gente parcial o equivocada. Es penoso reclamarle a los obispos: zapatero, ¡a tus zapatos!