Las Terrenas, Samaná.-Primero eran cientos, luego miles -amigos, fanáticos, familiares y compañeros incluidos- los que estuvieron presentes ayer para darle el último adiós al lanzador Yordano Ventura en su pueblo natal de Las Terrenas, en Samaná.
El funeral comenzó en la mañana dentro de la casa de la madre de Ventura, Marisol Hernández, donde a los miembros de la familia de Ventura con los Reales se les permitió ver el féretro en privado previo al sepelio.
Por momentos, Marisol y Ángela Martínez, madre del hijo de Ventura, lucieron inconsolables. Marisol cayó en los brazos del compañero de Ventura, Eric Hosmer, y lloró, “¡Mi hijo!”. A unos metros de ahí, la tía de Ventura era consolada por el receptor venezolano Salvador Pérez.
El gerente general de los Reales, Dayton Moore, con lágrimas en sus ojos, trataba de consolar a la familia.
Ella pidió poner la vida de su hijo como ejemplo de cómo la vida es tan frágil, y destacó la importancia de tomar siempre las decisiones correctas.
El camino rumbo al cementerio fue largo, encabezado por la camioneta que cargaba el féretro con el cuerpo de Ventura. Sentados en la parte trasera de la camioneta junto al féretro estaban Hosmer y Pérez, quien fuera el compañero de batería de Ventura.
Caminando detrás del masivo cortejo fúnebre estaba Moore, el presidente del club Dan Glass, el director de escuchas Lonnie Goldberg y el asistente del gerente general René Francisco, el mismo que firmó a Ventura cuando el lanzador era un chico de apenas 17 años de edad.
Junto a ellos estaba el mánager Ned Yost, el coach Pedro Grifol, y más compañeros – también los directivos de las Águilas Cibaeñas, equipo local al que pertenecía Ventura..