Santo Domingo.-A ella se le conoce como “La doncella del acordeón”, pero más que eso, Yokaira Martínez, de apenas 22 años, es una joven emprendedora, quien ha dedicado parte de su corta vida a la enseñanza de música típica a jóvenes y adultos.
Ella y su padre, Ramón Martínez, poseen la única escuela dedicada a enseñar a tocar los instrumentos del perico ripiao y ya llevan unos diez años en esa tarea.
Yokaira no es una improvisada, pues desde los 13 años de edad aprendió con su padre a tocar el acordeón. Luego estudió clarinete y saxofón en la escuela de Bellas Artes, instrumentos que hoy enseña a tocar a otros jóvenes. También aprendió a tocar percusión.
La escuela tiene 10 años de fundada y está ubicada en Bayona, Santo Domingo Oeste. Cuenta con 67 estudiantes entre niños, jóvenes y adultos que aprenden a ejecutar los instrumentos musicales utilizados en el perico ripiao.
“La academia es solo de música típica.
Enseñamos a tocar güira, tambora, acordeón, bajo, saxofón y conga, que son los instrumentos más usados en la música típica”, dijo Yokaira.
La escuela cuenta con cuatro profesores, uno de lenguaje musical, uno de saxo y percusión, su padre enseña el bajo, y ella el acordeón y ayuda en lo que pueda a los estudiantes.
Martes y jueves por la tarde enseñan, lenguaje musical, saxo y percusión y los domingos se imparte acordeón, a partir de las 9:00 de la mañana.
“Yo soy una defensora de la música típica dominicana y lo que más me gusta es enseñar a los demás los conocimientos que he adquirido en esta materia, para que no estos desaparezcan y nuestros valores culturales no se pierdan”, dijo Yokaira.
Su grupo musical
Aunque está radicada en Santo Domingo, Yokaira viene de Río San Juan, donde la música típica está en primer orden y su padre es músico, quien la enseñó a tocar el acordeón.
Ella ha grabado cuatro producciones musicales, la primera titulada “Los hombres de ahora”, seguido de “Lo quiero pa’ mí”, “Vivir la vida” y la más reciente “Por un beso”, lanzada este año.
Su representante es su padre, el único que le ha dado la mano, quien promueve sus canciones, busca las actividades y se encarga de darle seguimiento a su carrera artística.
Desde hace siete años “La doncella del acordeón”, como le gusta que le llamen, dice que toca todas las semanas en distintos puntos del país, incluyendo Santo Domingo y ha viajada a Francia, México y otras plazas extranjeras.