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Yo y Manuel del Cabral

Rafael García Romero Por Rafael García Romero
Manuel del Cabral
📷 Manuel del Cabral

El burro —dicen los lingüistas, los académicos convencidos de su labor, y cónsonos con ellos, lo repite mucha gente de buena fe—, se menciona de último, pero Juan Ramón Jiménez escribió su obra cumbre y la tituló “Platero y yo”.

Platero era un burro, y sencillamente, el autor nunca concibió el título al revés. O sea, “Yo y Platero”.

Un día, el bardo Manuel del Cabral leyó mi cuento “Bajo el acoso”, que ganó hace años el primer premio del concurso de cuentos de Casa de Teatro.

“Bajo el acoso”, a partir de esa premiación, se convirtió en un cuento reconocido y ponderado por la crítica dominicana y regional, y leerlo en voz alta por alguien tan importante como el poeta continental Manuel del Cabral es una experiencia significativa.

La lectura del cuento de marras produjo en él un elogio hacia sí mismo que me favoreció. Todavía conservo ese papel escrito entonces en lo que era su maquinilla de trabajo, y me lo entregó calzado con su firma de tortura que era una letra con un curso sísmico a la edad que lo escribió.

El escrito de entonces decía: “Cuando uno comienza por donde los viejos terminan, es algo más que un hallazgo, es una sorpresa; y con lo inesperado no es con lo que quiero definir a Rafael García Romero, sino con lo que ya el autor de “Bajo el acoso” ha nacido.

Pues, estilo, forma y fórmula de esa obra de luz, me obligan, para definirla, a transcribir uno de los momentos de síntesis de “Los huéspedes secretos” que afirma: “Poema, poema mío, qué anciano estás ya naciendo”. Porque crecido de transparencia, Rafael García Romero puede decir lo mismo bajo el acoso paradójico de la inundación privilegiada de su sudor narrativo cuya cosecha es la raíz del acoso”.

A Manuel del Cabral, en la vida y en la suerte, muchas gracias. Sí, gracias por el encanto de ese comentario, y por el valor infinito que tiene hoy ese tiempo que se tomó en escribirlo.

Manuel Antonio Cabral Tavárez: Este era su nombre completo, pero el escritor y expresidente de República Dominicana, Juan Bosch, de manera muy frecuente lo llamaba “Cunito” en un contexto de amistad y cariño. Además, ese era su apodo familiar.

Entre sus obras poéticas podemos citar: “Pilón: canto al terruño y otros poemas”. “Color de agua”, “Doce poemas negros”. “Ocho gritos”, “Trópico negro”, “Compadre Mon” y “Chinchina busca el tiempo”.

Un elogio a ese mismo cuento, prohijado bajo el amparo de una ancha solidaridad y a la felicidad del oficio y sus desvelos, debo y agradezco estas palabras de la novelista y autora de varios poemarios, Ángela Hernández; quien escribió: En “Bajo el acoso”, cuento que leí de un tirón, revelas tu indudable capacidad para la narrativa. El relato es fluido e intenso. La profusión de imágenes y originales descripciones le confieren notable vigor”.

“La contextura del cuento, la impresión global que queda, es muy buena. Me impresionó sobremanera el final. Eres escritor. Las palabras te surgen fáciles, amigables, con muy escasas tiranteces. Acuden a ti “pegajosas”. Te entiendes con ellas, íntimamente. Manejas con destreza los cambios de personajes: de narrador a protagonista, de ejecutor a narrador”.

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Rafael García Romero

Rafael García Romero. Novelista, ensayista, periodista. Tiene 18 libros publicados y es un escritor cuya trayectoria está marcada por una audaz singularidad narrativa, reconocido como uno de los pilares esenciales de la literatura dominicana contemporánea. Premio Nacional de Cuento Julio Vega ...

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