Yo tengo el poder

Yo tengo el poder

Yo tengo el poder

Dilenia Cruz

¿Te ha pasado que alguien te ofende sin que le hayas provocado? No es raro escuchar historias de personas que a su paso van insultando a otras.

Personas que en muchos casos ni siquiera se conocen entre sí pero que reciben la descarga del estado de ánimo del desconocido.

Cuando logramos centrarnos y recordar que ese tipo de conducta no son personales, no hablan de ti, sino del interior de quien las articula, te permite conservar la calma y fuera de un evento mayor.

Cuando logramos mantener la calma ante una discusión, en la que las acusaciones o provocaciones puedan tener o no asidero, lo primero que demostramos es poder.

Ten control sobre la situación y manejo de las emociones y no permitas que alguien externo dispare el gatillo y te fuerce a hacer lo que no estás planificado hacer.

En esta parte, es como si estuviera viendo una película de KUNG-FU. Recuerda al monje shaolin, que se mantiene enfocado en su doctrina y sólo una situación de fuerza mayor lo obligaba a pelear.

La popular serie de los 70’s, que aún puedes encontrar en la internet, trajo consigo el concepto de una filosofía antiquísima donde eres dueño de ti mismo; conoces tu verdad y eres fiel a ella.

Hoy en día se hace más perentorio que fomentemos los conceptos de permanecer serenos ante las provocaciones de los tontos.

Si siempre nos apegamos a la idea de que el otro tiene su propio problema, eso nos ayudará a mantenernos serenos.

Otro pensamientos estratégico ante las provocaciones, es pensar que el provocador tiene poco o nada que perder, mientras nosotros o (yo) tenemos mucho, por lo que mantenernos serenos y centrados.



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