Maribel Lazala junto a las creadoras de “Yo también puedo”, Marcelle Berrido y María Esperanza Haché. Le acompañan Isabel Turull y Ana María Alonso de Corripio. Iluminada Paulino
SANTO DOMINGO.-“Favorecer a la comunidad con necesidades educativas especiales, a través de un programa de estimulación artística que promueva el desarrollo de sus habilidades sociales, cognitivas, motrices y de comunicación, es el norte de la Fundación Yo También Puedo”.
Así lo afirmaron las jóvenes Marcelle Berrido y María Esperanza Haché al participar en el encuentro 32 del programa “Obras son amores” que organiza la Revista En Sociedad, dirigida por la comunicadora Maribel Lazala.
Labor conjunta
Esta institución privada sin fines de lucro trabaja con 82 menores, estimulando sus capacidades de comunicación, observación, creatividad y expresión utilizando el arte como herramienta.
“Para lograr nuestro objetivos nos auxiliamos de unos 40 voluntarios que se unen a un personal fijo, especialistas de diferentes áreas”, cuentan las promotoras de la entidad.
Debido a sus limitaciones de recursos, tienen una cantidad superior de niños, jóvenes y adultos en espera de sus servicios, pues “los recursos los obtenemos de actividades de recaudación de fondos; de ayuda de empresas y la comunidad de padres”.
Afirman que sus propuestas se establecen de forma pedagógica, abarcando los aspectos cognitivos, lúdicos y creativos; y aunque no cuentan con local propio -para lo cual trabajan- se auxilian de espacios que le facilitan algunos centros educativos.
Sus valores
Berrido y Haché destacan que se sostienen y mueven por el amor, como base de su enseñanza; el respeto a la diversidad; la tolerancia a las diferencias y posibles limitaciones, propias y de los demás; partiendo de la igualdad de derechos para todos.
Resaltaron el apoyo recibido por la empresaria Isabel Turull, quien ha sido como un ángel para ellas.
Simbiosis
Las creadoras de “Yo también puedo” cuentan que han trabajado con el apoyo de diferentes fundaciones, instituciones y asociaciones dominicanas que se dedican a los niños que presentan las necesidades especiales.
“Con Kinder Music, Nido para Ángeles, Asociación Dominicana de Síndrome de Down, Manos Unidas por Autismo y la Asociación Dominicana de Rehabilitación hemos logrado aunar esfuerzo para ofrecer oportunidades de aprendizaje”.
Su mensaje de unidad se ve reflejado en sus propias acciones, pues con diferentes organizaciones han logrado establecer acuerdos de colaboración de espacios y especialistas para ofrecer oportunidades diferenciadoras.
Sus inicios
—El primer paso
Ambas recordaron que la fundación surgió cuando trabajaban en su tesis de grado para su licenciatura en Educación, y acudían a instituciones que ayudan a personas con discapacidad labor que las conmovió e inspiró.