Hay varias corrientes de pensamientos que motivan a las personas a hacerse cargo de sus vidas y sus realidades como centro motor de sus vidas.
Cada individuo es el maestro o arquitecto de su vida, su futuro y su felicidad. La autorrealización y empoderamiento del “yo interno” se basan en la idea de que mientras más me conozco, soy más capaz de gestionar mis situaciones. Si bien suena fácil, puede resultar mas difícil de lo pensado.
Las claves para lograr encontrar ese camino de reconocimiento, integración y sanación de lo que me esclaviza y me mantiene anclado en el dolor están de la mano con el reconocimiento de aquello que estamos lidiando.
Una vez que aceptamos que no podemos solos, es el momento de buscar ayuda externa para identificar y gestionar esos sucesos que nos anclan en un punto de dolor.
La salud mental, emocional y física están tan vinculadas que a veces parece absurdo. Sin embargo, nuestro cuerpo y las emociones se conectan desde la uña del dedo chico del pie hasta la punta de tus cabellos y viceversa.
En nuestra cultura, se dicen tantas cosas que no es raro tener miedo de creer o decir que creemos. Hemos permitido que tantos prejuicios nos conduzcan por la vida que sin pretenderlo dejamos de vivir o vivimos a medias para evitar los estigmas hacia nuestra personas y nuestros entornos.
Es tiempo de ser más valientes y tomar decisiones firmes que nos ayuden como individuos, como familias y como sociedad a romper esos prejuicios y estigmas.
Es tiempo de hacernos cargo de nuestras realidades, empezar por sanar nuestras propias emociones y sentimientos, y así lograr el mejor desempeño de nuestras familias. Empieza por abrirte al entendimiento.