Yo madre

Yo madre

Yo madre

Lady Reyes, directora de Encuentros Interactivos.

Si algo he aprendido en la vida, en el camino que me tocó recorrer como madre, es a pensar fuera del cajón, a buscar soluciones -aún si no las veo-, a practicar el entendimiento, a explotar mis habilidades, a perdonar rápido, a ser flexible y a no sentirme privilegiada por la oportunidad de la maternidad.

Nunca me he creído la película, sí, así como lo leen, de que he sido premiada con una fortaleza fuera de serie por el solo hecho de haber gestado en mi vientre a tres #carajitos y que, desde sus entradas a mi vida, pudiera haber desarrollado valores exclusivos.

Creo que lo único exclusivo que las mujeres recibimos al convertirnos en madres es ese sentimiento de responsabilidad inquebrantable de hacer las cosas bien para ellos. Vivo sorprendida por mi capacidad de aguante. Me sorprendo muchas veces, en momentos que me siento desfallecer, escuchando a mi voz interior: “sigue, sigue, sigue, ellos te necesitan, no es una opción detenerte ni darte por vencida”.

Amo a mis hijos. Es cierto que Oliver, Gabriel y Francis Manuel me han enseñado mucho y me han dado la oportunidad de sentir amor incondicional, merecido o no, fuera de la razón.

Sin importar en lo que ellos decidan convertirse, los amaré y me preocuparé por ellos mientras respire y seguiré aprendiendo.

Sin embargo, hoy, más que hacer un tributo a todas las madres y a mi rol como tal, quiero reconocer a las mujeres que no han experimentado ese sabor agridulce de la maternidad y, aun así, se han convertido en luz para otros.

A las que, desde su interior, anhelan convertirse en mamás, a ellas les quiero decir que no sientan que les falta algo porque tienen todo, solo hay que mirar con otros ojos para encontrar su papel en la vida de otros. Es bueno crear vida, pero también es bueno criar y dar amor.

Hay muchas mujeres que admiro de manera indiscriminada porque desbordan sabiduría y amor, sin tener que gestar; que han decidido ser luz y vivir en gratitud, rechazando la amargura, para iluminar el camino de otros. Un reconocimiento a las que no han podido.

Gracias por existir con propósito. Otro reconocimiento a las mujeres que han decidido no serlo, porque encontraron su camino sin estereotipos y son felices. Hoy celebro a todas las mujeres que son guía, madres o no, son luz.