Hemos terminado esta campaña con unos votantes, que claramente ha expresado en sus acciones que la antigua política, con sus truchimanerías y sobresaltos, es parte del pasado.
Nos domina una generación con pleno acceso al conocimiento y la tecnología, por consiguiente, muy difícil de confundir, más aún cuando poseen
El modelo de ejercicio político evolucionó hacia uno más abierto, más transparente y más terrenal. Los modelos de grandeza, mesiánicos y de personajes insustituibles, felizmente han sido enterrados.
Avanzamos hacia un modelo de debate, logros y realizaciones, que permite en lo adelante ponderar efectivamente cuál ha sido el uso que se la ha dado a los recursos que todos aportamos.
La corrupción existe, pero no se incentiva ni se esconde, se persigue y sanciona.
Es nuestro deber continuar avanzando hacia una institucionalidad plena, un sistema de contrapesos y de consecuencias, un estado funcional y práctico.
Que donde quiera que un dominicano se encuentre, piense en su tierra y la sonrisa aflore, consciente de que su país está en franco desarrollo económico y social (en medio de buenas playas).
Ese es el sentimiento que nos ha llevado a las urnas para reelegir un buen presidente.
Y es que lo dijo con su incomparable voz José José: Ya lo pasado pasado, no me interesa…